Para los habitantes del interior chaqueño no hay tregua. Tras diez meses de sequía, las lluvias retornaron y alimentaron una esperanza de recuperación. Pero anteayer también apareció el granizo, con piedras de tamaño considerable que aplastaron 30.000 hectáreas de cultivos, arruinaron viviendas humildes y provocaron otros dañoss. Además, un productor murió de un infarto cuando bajo el granizo corría en auxilio de su familia.
El temporal se descargó hacia la tarde, y afectó a localidades del sudoeste provincial como Santa Sylvina, Coronel Du Graty, Las Breñas y San Bernardo, las que más castigadas habían resultado este año por la falta de lluvias. Los pobladores de esos lugares sabían que la tormenta sería fuerte, porque el calor había sido agobiante en los días previos, pero no contaban con el granizo, que en algunos puntos tuvo un tamaño tal que las piedras no cabían en la mano de una persona adulta.
La situación más dramática se vivió en Tres Isletas, 300 kilómetros al oeste de Resistencia. Allí, en un club, casi mil personas participaban de un bingo a cielo abierto. El granizo comenzó a precipitarse "en seco", es decir sin que hubiera caído antes siquiera una gota de lluvia. La gente entró en pánico, y lo que casi todos hicieron fue cubrirse con las sillas. Pero hubo 13 lesionados por fuertes golpes recibidos en sus cabezas, atendidos en el hospital del pueblo. Dos de ellos fueron derivados a un centro de mayor complejidad, para la realización de estudios por posibles daños internos.
Fue también en Tres Isletas donde el productor Tarcisio Avalos, de 57 años, murió de un infarto mientras corría desesperado al ver que su familia había quedado en campo abierto bajo la lluvia de piedras. En las afueras de la localidad, muchos ranchos quedaron con sus techos de chapas convertidos en coladores.
En las ciudades afectadas, hubo también daños materiales -principalmente roturas de vidrios- en vehículos, viviendas, escuelas y locales comerciales. Según algunos técnicos de las oficinas regionales del INTA, un fenómeno de esas características no se producía desde hace 60 años.
En las áreas destinadas a la producción, la granizada tuvo efectos devastadores para muchos chacareros. Quedaron aplastadas al menos 30.000 hectáreas de girasol, algodón y soja primavera. Los productores esperan ahora una ayuda de emergencia del gobierno nacional o de la provincia, esperanzados en que una nueva siembra contra reloj les dé la posibilidad de no perder por completo la campaña.
Ricardo Brauer, un agricultor de la zona de Du Graty, no ocultaba su desazón. "Este año fue nefasto. Cuando teníamos un buen precio para la soja aparecieron las retenciones móviles, y después la sequía no nos dejó sembrar. Ahora que por fin aparecieron las lluvias llega esta pedrada histórica y nos arruina todo el trabajo. Es demasiado", dijo, consternado.
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