Marcelo Braga es productor ganadero en el oeste y se abastece de agua a través del acueducto Puelén-Chacharramendi, de 250 kilómetros de extensión. "Llegamos a fines de octubre y con el calor comienzan los problemas; en las tomas que están por encima del nivel de presión ocurre, como es mi caso, que llegamos a estar dos meses sin agua y ahora llevamos un mes sin tenerla, por lo que debimos vaciar 300 mil litros de reserva".
"Los productores más humildes y más alejados del río Salado, que es una de las tomas naturales, con camiones están recargando a un precio de mil pesos los 18 mil litros que sólo alcanzan para dos días. Es una cosa tremenda".
Braga vio en un campo que está a 30 kilómetros de La Reforma como los camiones alimentaban los tanques australianos. "Hay un tema que es más peligroso: Mendoza comenzó a regar y el río ha bajado ostensiblemente y con eso aumenta el nivel de salinidad".
El productor estimó que "en 20 días, un mes, tendremos un índice salino en el río que hará imposible que las vacas tomen ese agua, por lo que la última alternativa sería traerla de El Carancho, con un costo mucho más alto".
Frente a esta situación, algunos ganaderos decidieron liquidar la hacienda y citó el caso de "Néstor Fuentes, que está vendiendo cinco mil cabezas en Bernasconi y Acha, cuando no es una fecha habitual de ventas porque comienzan las precipitaciones y hay más pasto".
A los problemas propios de la naturaleza oesteña, los productores "se encuentran también con la falta de respuestas de las autoridades con relación al acueducto".
"El gobernador anunció que se haría un nuevo acueducto, algo que tomamos con mucha alegría, pero quiero que me digan en qué plazo se construirá. Pero hay un tema político y es muy sencillo: somos cien productores, no tenemos fuerza. La Reforma tiene 200 habitantes y Chacharramendi 250. Ponen un semáforo en Santa Rosa y tienen más votos".
-Hasta tanto se haga el nuevo, ¿qué debe hacerse con el actual acueducto?
-Se avería en las juntas, se debe detectar la pérdida, se hace el pozo a pala y cortar el acueducto y como el flujo de agua es por gravedad cuando lo arreglan debe llenarse hasta Chacharramendi y tener un poco de presión. El año pasado Chacharramendi estuvo unos cuantos días sin agua.
El acueducto es mantenido por una fundación y los frentistas obtienen el agua, a través de una toma con medidor, y pagan por ella. "No es una cooperativa y por lo tanto no podemos decidir las reparaciones, las acciones corresponden a Obras Públicas", dijo Braga.
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