Productores agropecuarios de la zona de O’Higgins expresaron su preocupación frente a la posibilidad de una inundación de sus campos si no se reactivan las obras de ensanchamiento en el río Salado, actualmente paralizadas. Los ruralistas volvieron a manifestar su malestar porque los trabajos en la Cuenca Superior del Salado dejaron de avanzar y quedaron frenados en Junín. Indicaron que de repetirse las lluvias del año 2001 el curso de agua a la altura de Chacabuco colapsaría, provocando anegamientos en sus alrededores. Incluso, adelantaron que el desborde del río podría afectar la zona urbana de la ciudad.
Por el momento, en el distrito a cargo del intendente Darío Golía no comenzaron los trabajos ni tampoco hay señales de que vayan a empezar.
Frente a este panorama, los productores debatieron el tema en una reunión que se realizó en la Cámara de Comercio, convocada por la Mesa Productiva de Chacabuco.
Estuvieron presentes dirigentes agropecuarios y empresarios de distintos lugares de la zona, entre ellos los presidentes de las sociedades rurales de Roque Pérez y Chivilcoy, Aníbal Silveyra; y Juan José Ascheri, respectivamente; y el prosecretario de Carbap, Alberto Larrañaga, oriundo de Veinticinco de Mayo. También participó Luis Valinotti, de Nueve de Julio, quien es presidente del Nucleamiento Empresarial del Noroeste Bonaerense, una federación que reúne a más de treinta cámaras comerciales de la región.
El encuentro convocó además a integrantes de la Cámara de Chacabuco; el consejero regional del Banco Credicoop, Edgardo Bózzolo, y una delegación de la Sociedad Rural de Chacabuco, encabezada por su presidente, Andrea Bizzozzero.
El proyecto de saneamiento de la cuenca del río Salado, también llamado Plan Maestro, nació en los ‘90 y cuenta con financiación de la Nación, a través de un impuesto que se cobra con el combustible, y del Banco Mundial.
“O sea que hay fondos asignados para la obra, pero es probable que esos fondos se hayan usado para otra cosa”, remarcó Bizzozzero.
El dirigente explicó que en la cuenca baja del Salado se hizo algo más del 50 por ciento de los trabajos previstos. También se hicieron obras en la cuenca superior, es decir, desde Junín hacia arriba. Justamente ese es el problema, porque, según se señaló, a la altura de Junín hoy el Salado traslada 110 metros cúbicos de agua por segundo, mientras, que en Chacabuco ese caudal baja a sólo 0,15 metros cúbicos.
“Hay que hacer la cuenta respecto de qué podría llegar a pasar si hubiese un aumento en el caudal del río por exceso de lluvias”, completó el presidente de la Rural.
Bizzozzero estimó que de suceder ese fenómeno el Salado colapsaría y el agua avanzaría en dirección a campos y a la ciudad por los canales que desembocan en el río.
También subrayó que “antes de que se nos llene el rancho de humo, o en este caso de agua, es oportuno hablar de esta cuestión”.
Durante la reunión se conformó un grupo de trabajo con el objetivo de reclamar ante los organismos pertinentes el reinicio de las obras.
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