Tratada, pero no potable”: ésa es la condición del agua para consumo humano que llega a los miles de hogares de la zona metropolitana de Guadalajara, indicaron investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG), tras urgir a que se tomen medidas efectivas para mitigar el impacto de la contaminación en cuencas y cuerpos de agua.
José Antonio Gómez Reyna, investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI) de la UdeG, destacó que la cloración “es sólo una aspirina para un cáncer”, pues las tres fuentes de abastecimiento de agua de la ZMG (el lago de Chapala, la presa Elías Chávez y el sistema de 178 pozos) tienen problemas severos, que incluyen la presencia de otros elementos contaminantes, además de coliformes.
Agregó que el drenaje metropolitano tiene fracturas que permiten la filtración a la red de agua potable, y no es posible establecer con certeza el porcentaje de daño, más allá del que reporta el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) . El organismo, en su opinión, “cumple a medias, porque dice que están tratando el agua, pero no es potable”.
Invitado por el Observatorio para la Salud de la UdeG, para exponer el estado ambiental en la cuenca del río Santiago y la laguna de Cajititlán, Gómez Reyna afirmó que “el problema de contaminación es bastante grave”. Recordó que cuando inició el debate al respecto se hicieron sobrevuelos y estudios satelitales “que determinan que toda la cuenca está impactada” y, aunque oficialmente sólo 266 empresas realizan descargas directas, en realidad son alrededor de cinco mil descargas. Sin control.
Enumeró los problemas de contaminación: descargas industriales, agrícolas y domésticas, rellenos sanitarios sobre la cuenca, escurrimiento de lixiviados, cambios de uso de suelo, presencia de agentes químicos y de metales pesados: aluminio, magnesio, arsénico, cadmio, cromo y mercurio.
Gómez Reyna comentó que las plantas de tratamiento que se exigen como preámbulo para la construcción de la presa Arcediano, que contendrá agua de los ríos Santiago y Verde, abonan muy poco, “porque en realidad no cumplen con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud”. Explicó que se están haciendo “macroplantas, pero no plantas especializadas”.
Y ejemplificó: “Si se hacen plantas para el tratamiento bacteriológico, ¿qué sucede si un industrial vierte una descarga de un contaminante...? Va a destruir la cepa de la bacteria y el tratamiento queda sin efecto”. Propuso el monitoreo integral para conocer la calidad del agua que distribuye el SIAPA, su caracterización y a partir de ello establecer el tipo de tratamiento y un sistema cerrado: cero descargas a la cuenca.
Javier García Velasco, del CUCBA, indicó que es necesario ver el problema desde un punto de vista integral: “El agua no se va a mejorar si le ponemos pastillas de cloro, eso eliminará bacterias nada más… de ahí la invitación al manejo integral de cuencas” y a la sincronización entre gobierno y sociedad civil.
El experto dijo que el agua está generando el mayor número de muertes en el mundo y que “Jalisco tiene problemas muy importantes de contaminación del agua precisamente por falta de esta gestión”. Pero aseguró que el problema tiene remedio: “Técnicamente es un tema de fácil solución; financieramente, no es algo prohibitivo”. Se requiere voluntad y gestión, indicaron.
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