La conocida y desgraciada referencia a la Entidad Binacional Yacyretá como un "monumento a la corrupción" pareciera no resignarse jamás a perder vigencia.
Durante décadas, las distintas administraciones de los dos países que la conforman han venido anunciando sonoramente que investigarían a fondo la conducta de los funcionarios del ente y sus gastos. Pero lo cierto es que eso no ha sucedido nunca con la transparencia necesaria. La historia reciente muestra que los socios han desplazado de sus funciones a árbitros independientes que actuaban en procesos en marcha, para así evitar que accedieran a conocer la situación real del ente.
El nuevo cambio de administración en Paraguay, con el acceso al poder del presidente Fernando Lugo, ha puesto una vez más de manifiesto que las viejas mañas de siempre siguen vigentes. Desde el país vecino, la prensa local nos aporta declaraciones reveladoras del ex gerente del Plan de Terminación de la Entidad Binacional Yacyretá, ingeniero Marcelo O´Hara, que acaba de ser despedido. Al cesar éste en sus funciones, el consejero de la entidad, Roberto Paredes, lamentó su actitud de "remover el avispero", esto es, de investigar. En ese sentido, según las declaraciones de O´Hara, Paredes habría dicho en esa oportunidad que era "mejor ser corrupto que ser ineficiente", frase absolutamente lamentable.
O´Hara confirmó la desaparición de expedientes; la existencia de gastos indocumentados; las presiones que recibió para no investigar expedientes en los que aparecen involucrados algunos argentinos; la existencia de maletines circulantes, similares al del sonado caso del venezolano Antonini Wilson, que giraban misteriosamente con dinero en efectivo en su interior y presuntamente aportado por algunas empresas contratistas que, según dice, devolvían así un tres por ciento de lo que cobraban al ente, dinero que, sugiere O´Hara, se destinaba a pagos ilegales entre el oficialismo de turno. Además, el ex funcionario sorprende al sostener rotundamente que es necesario bajar la cota de la represa a 78 metros, por razones elementales de salud pública.
Al mismo tiempo, la prensa guaraní informa que el director paraguayo del ente, Carlos Cardozo, señaló que se dispone a despedir "a los colorados" de Yacyretá: "Posiblemente voy a quitar a todos los funcionarios". Esto sugiere que la entidad, además de seguir siendo muy poco transparente, es considerada un auténtico coto de caza por algunos políticos que la utilizan para recompensar a sus aliados con designaciones que poco tienen que ver con la idoneidad para el desempeño de los cargos para los que se los nombra.
Lugo debería asumir de veras la sencillez que se predica y mostrar que existe una voluntad real de cambio, que hasta ahora, pese a las declamaciones y a la retórica, no se ha puesto en evidencia. Lo grave es que, según las informaciones que aportan los medios del país vecino, Yacyretá no habría cambiado sus reprobables prácticas, lo cual es ciertamente lamentable.
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