A pasos del Río de la Plata, las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones dejaron casi sin agua a las lagunas. En el gobierno evalúan cómo conservar la biodiversidad ante esta circunstancia climática.
La falta de agua en cuatro lagunas de la Reserva, De los Patos, De las Gaviotas, Macaes y De los Coipos comenzó el año pasado, y en el gobierno evalúan cómo conservar la biodiversidad ante este circunstancia climática.
"Las lagunas se ajustan a un régimen climático natural, como la mayoría de las lagunas pampásicas [que se forman por precipitaciones], en las que son frecuentes tanto los períodos de sequía como los de inundación. Y se han tomado diferentes medidas al respecto", explicó María de Luján Arzubi Calvo, directora de la Reserva, según publica hoy el diario La Nación.
A fines de diciembre de 2007 se realizaron diez perforaciones al acuífero Pampeano, que corre a 20 metros de profundidad, cuya finalidad es minimizar la posibilidad de falta de agua en las lagunas cuando se registran los primeros indicadores de falta de precipitaciones.
"Lamentablemente, no es suficiente para reponer la totalidad del volumen perdido, que se recuperará con las lluvias, aunque son un importante recurso para mantener humectados los barros del fondo, al favorecer el mantenimiento de diferentes especies", explicó la funcionaria, que es bióloga.
También es limitada la posibilidad de llevar agua del río hacia la reserva. "La biodiversidad podría verse afectada por los niveles de contaminación que se registran cerca de la costa, dada la proximidad del Polo Petroquímico de Dock Sud y de la desembocadura del Riachuelo, así como la descarga de uno de los caños maestros de desechos cloacales", agregó.
La escasez de agua afectó de distinta forma a la flora y a la fauna de las lagunas. Los tres tipos de tortuga (de río, pintada y de laguna) se vieron obligadas a movilizarse hacia otros pequeños cuerpos de agua.
"Ante la inminente pérdida total del agua, varios ejemplares de tortugas fueron colocados en un tanque australiano y posteriormente traspasados a un tanque de cemento de mayor volumen, donde permanecerán hasta que las condiciones de las lagunas vuelvan a ser óptimas", contó Arzubi Calvo.
La sequía, sumada a la imprudencia de algún visitante, aviva otra gran amenaza: el fuego. "Este año sólo han ocurrido dos hechos y rápidamente se atacaron", se defendió la funcionaria.
Con el nuevo sistema antiincendios las quemas no se propagan con la misma velocidad que antes. El sistema instalado consta de un caño con tomas de agua cada 54 metros, aproximadamente.
La Reserva Ecológica de la Costanera Sur fue reconocida internacionalmente como un humedal de importancia internacional en 2005. Para conservarla como un espacio verde para los vecinos se destinan unos 4 millones de pesos por año.
Las cifras oficiales indican que ingresan en la reserva un promedio de 21.000 personas por semana, siendo el domingo después del mediodía el día de más afluencia de público.
Télam
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