Las autoridades ambientales avalaron la construcción de la planta hidroeléctrica Jirau, sobre el amazónico Río Madeira que fluye desde Bolivia, aunque tendrá una serie de condicionantes, anunció el miércoles el gobierno brasileño.
El ministro del Medio Ambiente, Carlos Minc, dijo a periodistas que la autorización estaba lista aunque había detalles de las condiciones que aún estaban siendo definidos por la Agencia Nacional de Agua y el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama).
La construcción de la planta, calculada en 8.700 millones de reales (3.954 millones de dólares al cambio actual), fue otorgada en marzo al Consorcio Energía Sustentavel do Brasil, encabezada por la empresa francesa Suez junto con las brasileñas Camargo Correa Investimentos, Electrosul Centrais Eletricas y Companhia Hidro Elétrica do Sao Francisco.
Minc anticipó que la concesión del permiso requerirá que el consorcio invierta en mitigación del impacto ambiental del área irrigada, financiar la protección de la estación ecológica Cunia y apoyar la recuperación de alguna especie de fauna en riesgo de extinción.
Jirau forma parte del complejo hidroeléctrico Río Madeira, junto a la planta de Santo Antonio, cuya construcción ya fue autorizada. Una tercera planta será binacional, en la frontera con Bolivia, y una más será construida en territorio boliviano.
El proyecto total contempla un sistema de esclusas para facilitar la navegación sobre el río entre los dos países.
Las plantas de Santo Antonio y Jirau son consideradas cruciales para el abastecimiento energético futuro de Brasil, aportando 6.450 megavatios de potencia instalada cuando entren en funcionamiento a partir de 2011.
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