El ansiado rescate del río Lurín llegó. La empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) se comprometió ayer a no verter más las aguas de la planta de tratamiento de San Bartolo en dicho cauce. Este acuerdo llegó en tiempo récord, luego de que los alcaldes de Lurín, Punta Negra, Punta Hermosa y San Bartolo se declararan –el viernes último– en emergencia sanitaria por lo que catalogaron como un "atentado ecológico".
EL PULMÓN DEL SUR
El alcalde de Lurín, Jorge Marticorena, explicó que ahora lo que esperan es que a través del proyecto "Mesías" se reutilice todo el vertimiento de dicha planta en un gran bosque de unas ocho mil hectáreas.
De esta manera, dijo, Lurín se convertiría en el gran pulmón de Lima y poco a poco se descontaminarían las playas del sur. "Muchos años de lucha han pasado para que se cumplan estos objetivos y esta acta de compromiso salvaguardará la ecología de nuestro distrito y de los distritos vecinos", manifestó Marticorena.
El logro comenzó a gestarse el viernes al mediodía, cuando miles de pobladores del valle de Lurín se agruparon en la plaza de armas, exigiendo a Sedapal no dirigir las aguas tratadas al río sureño.
CLAVES
Fuerza común. Punta Negra, Punta Hermosa y San Bartolo respaldaron la posición del alcalde Lurín, Jorge Marticorena, y se declararon en emergencia sanitaria.
Lucha. "Muchos años de lucha han pasado para que se cumplan estos objetivos y esta acta salvaguardará la ecología de nuestro distrito y de los distritos vecinos", dijo.
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