Para la Dirección de Hidráulica, la responsabilidad por el accidente del chico que cayó el domingo pasado a un pozo de más de 50 metros de profundidad, que estaba abierto, es del propietario del lugar donde está la perforación. Se trata de un hueco que fue construido para extraer agua, pero que aparentemente no funciona, según dijo Jorge Millón, al frente de la repartición. El funcionario, incluso, aseguró que puede haber cientos de pozos que se encuentran en las mismas condiciones y en propiedad privada, y que no pueden ser controlados por el Gobierno, lo cual implica un grave riesgo de accidentes. "Nosotros nos encargamos de controlar que estén cerradas sólo las perforaciones oficiales", dijo Millón.
Hasta ayer, no se pudo verificar a quién pertenecía el pozo. Entre los vecinos de la zona hubo versiones cruzadas. Unos dijeron que está dentro de la propiedad de una finca que hay en la zona, otros afirmaron que se trata de un terreno que el Gobierno compró hace unas semanas para construir un barrio. Por su parte, Millón aseguró que los pozos que pertenecen al Estado están debidamente tapados y son controlados cada tanto.
La perforación donde cayó Sebastián Navarro, de 9 años, se encuentra dentro de un un terreno sin cerramiento, a un costado del callejón Segundo Sombra, unos 50 metros al sur del cruce con Doctor Ortega, en Rawson.
Ahora lo que piden los vecinos de la zona es que tapen definitivamente la perforación y destruyan la construcción donde supuestamente estaba la bomba que extraía agua del pozo. Lo que hizo Bomberos es colocar una tapa de manera provisoria para que no ocurra otro accidente. "El dueño del lugar debe cegar la perforación, que no funciona, con una placa de hormigón", agregó Millón.
Hasta ayer, nadie se atribuyó la propiedad del terreno, según contó Norma Lépez, una de las vecinas. "Quien sea el responsable, queremos que nos dé una solución porque el pozo se encuentra en una zona por la que los chicos pasan para ir a la escuela", dijo la mujer, quien agregó que desde que se inauguró el barrio Ansilta, que agrupa a varias villas erradicadas, vienen haciendo el reclamo para que tapen el pozo.
El accidente, que casi termina en tragedia, sucedió el domingo pasado casi al mediodía. El niño que jugaba por la zona y terminó adentro del pozo, casi dos horas después fue rescatado vivo por vecinos y bomberos. Y ayer continuaba internado (ver página 11).
Según Hidráulica, no hay datos específicos sobre la cantidad de perforaciones privadas que se encuentran en las mismas condiciones. Es decir, sin estar selladas. "Puede que hayan cientos de pozos en propiedades privadas. Pero nosotros no podemos controlarlos", dijo Millón, quien agregó que el Gobierno posee unos 300 pozos para extraer agua. Están ubicados en Rawson, Pocito, San Martín, Albardón y Angaco. Algunos no funcionan desde hace años, pero dijo que todos están cerrados y que son controlados periódicamente.
Pozos como el de Rawson fueron construidos en la década del '70, según dijo Millón. La proliferación de perforaciones en esa época respondió a que en 1968 una gran sequía azotó la provincia. Desde la Nación enviaron fondos y hasta hubo créditos destinados a los productores para que pudieran realizar pozos y extraer agua subterránea para el regadío de las fincas. Millón dijo además que con el tiempo, muchos dejaron de utilizarse y puede que no hayan sido cerrados adecuadamente. A esto se suma que hay casos en que los propietarios de las fincas nunca declararon a Hidráulica la realización de perforaciones, por lo que ni siquiera están registradas. Hasta el cierre de esta edición, la Policía realizaba investigaciones para dar con el propietario.
Los padres de Sebastián están muy preocupados por su salud
Hasta ayer eran rostros de pura preocupación e intranquilidad los de los padres de Sebastián Navarro (9), el chico que el domingo último cayó 60 metros dentro de un pozo de agua en las cercanías del Barrio Ansilta, Rawson. Es que motivos no les faltaban. Ayer por la tarde, en el hospital de Niños descubrieron en una nueva tomografía que el chico tenía otras vértebras afectadas por la caída. A priori, eso no pondría en riesgo su salud. Igual, sus papás sólo quieren que su hijo mejore y, por ahora, no piensan en hacer ningún planteo legal, según ellos mismos le dijeron ayer a este diario.
"Me sentí morir cuando mi otro hijo me avisó que Sebastián había caído al pozo, y me gritaba «papá, salvalo, salvalo que se muere»... pensé que no salía vivo", expresaba ayer todavía nervioso Enrique Navarro, padre del niño. Es que el hombre sólo atinó a pensar en lo peor, "porque sabía que ese lugar era un peligro constante y alguna vez podía pasar algo, pero nunca me imaginé que a nosotros", agregó.
El hombre desde la década del ochenta trabaja cuidando coches en el centro capitalino y es el único sostén de Mónica (su esposa desde hace 20 años) y los 6 hijos que tiene con ella, de entre 19 y 5 años. "Desde la época de Alfonsín trabajé en Ignacio de la Roza entre Mendoza y Entre Ríos, hasta que pusieron las tiqueadoras, por eso me tuve que trasladar a Pedro Echagüe entre Mendoza y Entre Ríos, donde estuve hasta ahora. Pero con esto del estacionamiento medido no sé qué vaya a pasar, estoy buscando trabajo porque me quedé afuera del último censo de la municipalidad y ahora no me reconocen como cuidacoche", relató Navarro.
Pero por estas horas lo único que le importa a la familia es seguir la evolución en la salud del chico. "Por ahora no tenemos pensado hacer ningún tipo de reclamo legal, sólo queremos que nuestro hijo se ponga bien. No sabemos de quién es el pozo, si del Gobierno o de un particular, lo único que ahora pedimos es que tapen ese lugar o hagan algo rápido para que no le pase a nadie más", contó el padre.
Según informaron desde Prensa del hospital Rawson, el chico hasta ayer en la tarde evolucionaba bien de sus lesiones en el cuerpo y cuello. "Los médicos me dijeron que si todo sale bien esta tarde y noche -por ayer-, mañana -por hoy- lo trasladarían a una sala común", precisó Navarro.
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