Una rotura del acueducto Parque Industrial provocó el hundimiento de un tramo de la Ruta 7 -a la altura del Cañadón de las Cabras- y dejó a seis barrios sin agua además de un verdadero caos en el tránsito al tratarse de uno de los accesos con mayor circulación de la capital.
Una vez que las autoridades municipales tomaron conocimiento de la situación, intervinieron tanto el personal de emergencia de Defensa Civil de la comuna para prevenir inconvenientes como el EPAS para reparar los daños que mantuvieron intransitable la zona durante todo el día.
La rotura del caño que abastece a la zona norte de la ciudad provocó que el EPAS detuviera desde muy temprano el sistema de bombeo ubicado sobre el río Neuquén. Esto derivó en una baja en la presión del agua que, finalmente, derivó en una suspensión en el servicio a los barrios Coperso, Mercantil, Cooperativa Patagonia, Salud Pública, Copol y 14 de Octubre. Ante este contexto, directivos del organismo solicitaron a los vecinos que tengan un «especial cuidado del agua» porque el servicio se reestablecerá una vez superado el inconveniente.
Complejo
«Fue una situación compleja que podría haber derivado en algún inconveniente mayor si no habría sido advertido por uno de los vecinos. Por el tamaño de la grieta podría haberse enterrado el tren delantero de cualquier vehículo», aseguró el titular de Defensa Civil de la comuna, Francisco Baggio.
La otra cara del problema fue el caos que se generó en el tránsito, ya que desde el mediodía se comenzó a desviar la circulación de automóviles por caminos alternativos. Los policías de tránsito se ubicaron estratégicamente en algunos puntos del camino alternativo conocido como Picada 1 para guiar especialmente a aquellos que desconocen los vericuetos de ese recorrido. Más de cuatro mil metros debieron sortear camiones, transportes de larga distancia, combis escolares y vehículos particulares por un camino árido y pedregoso, bajo un intenso sol, para retomar la Ruta 7 a la altura de Alta Barda.
En tanto, el corte en el tránsito se mantendría, en principio, hasta las 7 de hoy. Ayer por la noche, se montó un amplio operativo que contempló el retorno de los conductores en el horario nocturno más transitado, según indicó el coordinador Operativo de la Dirección de Tránsito de la provincia, Roque Hernández.
«Lo que tratamos de hacer fue garantizar el tránsito vehicular en momentos de mayor circulación, tuvimos gente apostada en los desvíos para que no se pierdan en las horas de la noche», sostuvo Hernández.
Rotura
El alerta llegó en la madrugada de ayer cuando un vecino activó la acción del personal de emergencia de Defensa Civil municipal, que valló rápidamente el lugar y, en conjunto con la Policía de Tránsito, desvió el recorrido de los conductores.
El caño -de considerables dimensiones- está alojado a más de cuatro metros de profundidad y los encargados de reparar el acueducto aún no habían determinado las causas ni la gravedad de la fisura. Sin embargo, estimaron que en la madrugada de hoy la situación quedará resuelta.
El equipo de Redes del EPAS sumado a una escuadrilla de operarios excavó -en la mano de circulación en sentido Centenario-Neuquén- los cuatro metros de profundidad que separan a la cinta asfáltica del caño para evaluar dónde se encontraba el origen de la pérdida de agua.
Los técnicos aseguraron que debían continuar con la excavación de la otra mano de la ruta de manera transversal, extraer esos once metros de cañería y cambiarlo por uno de similares características.
«Es muy difícil determinar dónde está la fisura, lo recomendable en estos casos es extraer el caño desde la junta gibault y cambiarlo», indicó uno de los encargados del EPAS. Al cierre de esta edición, se estimaba que la situación quedaría normalizada en las primeras horas de hoy.
Temor por el suministro telefónico
Trabajadores de Telefónica se acercaron al lugar con los planos para evitar que los trabajos afectaran la fibra óptica.
En la hondonada que presenta la Ruta 7 -a la altura del cañadón de las Cabras- los operarios del EPAS no trabajaron solos. Es que los directores del área de mantenimiento de la planta interna de Telefónica se acercaron al lugar para suministrar información vital para evitar que cualquier inconveniente termine interrumpiendo el servicio telefónico.
Mientras el personal del EPAS se apresuraba a cortar literalmente la ruta de manera transversal, el temor era que no se viera afectada la fibra óptica de telefónica que comunica no sólo a la región sino también la línea del Pacífico a través de Chile y Perú.
Por tal razón, los ingenieros del área acercaron los planos para que la precisión fuera mayúscula a la hora de excavar a medio metro de la cinta asfáltica.
«Esta es una tarea en la que hay que tomar todas las precauciones para no incurrir en un error que puede terminar con el suministro del servicio telefónico en una parte del cono sur», indicaron los ingenieros de la empresa.
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