Las jornadas de calor intenso como las que se vienen sucediendo no hicieron más que acentuar los padecimientos que afronta la EPB Nº 27, una primaria de Barrio Aeropuerto cuya agua se encuentra contaminada con escherichia coli.
Ubicada en 3 entre 611 y 612, la escuela tiene una matrícula de más de 350 alumnos, muchos de los cuales habitan en las manzanas más empobrecidas de esa barriada platense.
Una de las maestras explicó que el problema radica en que no tienen agua corriente, sino que se nutre de un tanque al que sube el líquido que se extrae de las napas. La presencia de esa bacteria
-causante del Síndrome Urémico Hemolítico- no es nueva, pero afirman que ha vuelto a aparecer aunque limpiaron los tanques.
En consecuencia, docentes y autoridades extreman los recaudos para evitar que los chicos beban de las canillas. “Le pedimos al Consejo Escolar que gestione ante ABSA la conexión a la red, pero hasta ahora no hemos tenido respuestas”, dijo a Hoy la vicedirectora Fabiana Gonino.
Mientras tanto, el Consejo los sigue abasteciendo de bidones para cocinar -la escuela brinda el servicio de comedor- y beber. En ese sentido, una de las maestras explicó que “se usa el agua de las canillas para higienizar”.
La escasez los lleva a preparar comidas que no requieran mucho líquido para su elaboración. Es es así como las pizas, los pasteles de carne y los emparedados se convierten en la especialidad de la casa.
El verano hace que suba el consumo de agua durante los recreos y los docentes no tienen más remedio que administrar lo que les llevan. “Los chicos juegan y transpiran, pero hay ocasiones en que les damos medio vaso a cada uno para que el agua alcance para todos”, explicaron.
“Los problemas con la calidad del agua comenzaron hace alrededor de dos años y los especialistas nos dijeron que estaba contaminada con materia fecal”, comentó una de las docentes y pidió que este problema se solucione cuento antes. Con la EPB Nº 27 coexisten una secundaria y un jardín de infantes.
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