Por estas horas, agua es la palabra más pronunciada en Salsipuedes. La total ausencia de este recurso es el motivo de sufrimiento de más de mil familias que habitan en los barrios Villa Sol y Cerro del Sol. Desde hace tiempo los vecinos soportan esta carencia de manera esporádica, pero en los últimos años el problema se agudizó por el descontrolado crecimiento urbano y la falta de obras de infraestructura. Hoy la situación es inmanejable y el padecimiento de las familias que no cuentan con una gota de agua es creciente.
"Hace un mes que no tenemos agua y el municipio ya no nos abastece con camiones. En mi caso, por lo menos tengo un viejo Renault 12 con el que todos los días voy a El Pueblito a llenar un par de tachos y a comprar bidones", explica Ciriaco Díaz, que vive en calle 3 de Febrero de Villa Sol junto a su mujer y ocho hijos. Una vez que consigue el agua desde el barrio vecino debe pedir ayuda para subir al techo y llenar el tanque por unas horas. La incómoda operación la repite todos los días.
"La situación es de terror. Por lo menos yo tengo un autito, pero la mayoría de las familias deben arreglarse casi como animales", subraya Díaz.
A pocos metros de su casa vive, con sus dos pequeños hijos, Marisel Bustos, quien no la pasa mejor. "Hace tres semanas que no recibimos agua de parte del municipio, entonces tenemos que pedir a los vecinos y tratamos de conseguir agua como sea. A veces cargando tachos desde casas aledañas, otras comprando agua mineral en bidones o tomando gaseosas. Para el uso diario de limpieza, cargamos de los tachos de las obras en construcción que hay en el sector", cuenta con desesperación esta joven madre.
Hasta hace poco, dice Marisel, cargaba los bidones en uno de los picos de la cisterna de Villa Sol, que fue anulada para los vecinos por el municipio local. A partir de ese momento, trata de compartir lo que consigue con sus vecinos. "Nos bañamos en palanganas y el resto del agua que queda lo utilizamos para limpiar los sanitarios, no desperdiciamos nada. La ropa sucia se acumula durante semanas, y no tiramos ni un vaso porque no sabemos qué va a pasar en los próximos días. La ducha del baño es un adorno", agrega.
En el barrio de enfrente, Cerro del Sol, la situación es similar. "Hace dos meses vine a vivir acá con dos hijos y desde el municipio me advirtieron que no podría conectarme a la red, pero no podía seguir pagando alquiler y construí mi casa igual. Desde entonces vino el camión sólo dos veces, y se hace casi imposible seguir. Mis hijos traen agua desde la casa del padre y yo me baño en el trabajo. En la casa cuidamos cada gota como si fuera una pepita de oro", cuenta Graciela, una vecina de la primera sección del barrio.
En cualquier calle, el comentario es el mismo: "No tenemos una gota de agua". Los habitantes que cuentan con más recursos, tienen un tanque adicional que les sirve como reserva, y lo llenan con la compra de camiones de agua a empresas privadas o solicitan a localidades vecinas, pero a costa de realizar una inversión no menor a dos mil pesos mensuales.
La norma es apelar a familiares o amigos en localidades vecinas. El hábito de lavar la ropa y bañar a los chicos en otra casa tiende a generalizarse.
Estamos totalmente desbordados"
Desde la Municipalidad de Salsipuedes aseguran que realizan esfuerzos extremos, pero reconocen que ya no logran satisfacer la demanda de agua mediante camiones. El servicio se presta a través del llenado diario, por la mañana, de dos cisternas mediante precarios bombeos, y por la tarde a través de la entrega domiciliaria de agua con un camión cisterna del municipio, y otro que hace pocos días envío la Subsecretaría de Recursos Hídricos.
“Se distribuye hasta medianoche, pero nunca alcanzamos a satisfacer toda la demanda. Es tremendo hacer semejante esfuerzo y saber que al otro día todo está igual, a veces no dormimos ni comemos, estamos totalmente desbordados”, confesó Rubén Bustos, subdirector de Agua del municipio local.
La gravedad de la situación obligó a la formación de un comité de emergencia hídrica con municipios vecinos para gestionar la realización de obras a corto, mediano y largo plazo que apunten a resolver esta carencia de manera estructural.
En tal sentido, y a partir del firme reclamo de las autoridades locales, la Provincia se comprometió a estudiar la ejecución de dos obras que servirían para llevar agua a Cerro del Sol y Villa Sol.
Se trata de la posibilidad de un cruce transversal del curso del arroyo Salsipuedes hacia estos sectores, y de una nueva perforación de gran profundidad en el loteo Plasman de barrio Los Talitas, que servirían para mitigar en el mediano plazo la emergencia. No obstante, en el mejor de los casos, estas obras llevarían un plazo de ejecución de 90 días.
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