En las últimas dos semanas, más de 100.000 personas han huido de sus hogares debido a los combates y a la inseguridad que persiste en la zona oriental de la RD del Congo. Más de 35.000 personas están en marcha en el momento en que escribo. En los últimos dos meses y medio, alrededor de 250.000 personas han huido de sus hogares. Alrededor de 1,1 millones de personas en Kivu del Norte -un 20% de la población de la provincia- se encuentran desplazados.
La semana pasada estuvimos un día en el asentamiento de Kibati para personas desplazadas, a 9 kilómetros al norte de Goma, la capital de la provincia. Más de 60.000 personas se han asentado aquí desde que se intensificaron los combates. Miles más han tenido varias veces que huir. Huir del conflicto se ha convertido en una situación "normal" en sus vidas.
Vacunas para 13.000
Cuando llegamos al jueves 13 noviembre, vimos a cientos de personas en la carretera, si no miles. La mayoría se encontraban desplazados. Saben que, si la seguridad lo permite, hoy van a recibir asistencia esencial.
UNICEF y nuestros aliados están llevando a cabo vacunaciones de emergencia contra el sarampión y la poliomielitis para 13.000 niños y niñas. El sarampión es una enfermedad contagiosa que se propaga muy rápidamente cuando la gente está en movimiento. Cientos de vidas de niños y niñas se encuentran en peligro si no se contiene inmediatamente.
Además de las vacunas, se administra vitamina A para evitar que los niños y niñas contraigan infecciones respiratorias u otras enfermedades. Las infecciones de las vías respiratorias, la segunda causa de muerte infantil en la RD del Congo, pueden aumentar como resultado de que los niños y niñas desplazados duerman a cielo raso.
Agua potable, saneamiento e higiene
Camiones cisterna con agua potable llegan al asentamiento, la única fuente de agua para la población. Las enfermedades contagiosas trasmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea (la tercera causa de muerte infantil en la RD del Congo), se contraen bebiendo agua no apta para el consumo; los casos debidos a ambas enfermedades han aumentado en la zona en los últimos días.
Para contener aún más estas enfermedades, se están construyendo cientos de letrinas, que resultan fundamentales para limitar los excrementos en zonas concentradas.
También ha aumentado la promoción de una buena higiene. Es posible contener el cólera y la diarrea si la gente sabe que cuando se lavan las manos reducen enormemente el riesgo. Hay equipos que circulan en el asentamiento y aconsejan a la población que beba agua potable, utilice las letrinas y se lave las manos.
Ayuda en materia de salud y nutrición
Para reducir aún más las tasas de mortalidad, se están distribuyendo entre 15.000 personas conjuntos de supervivencia con productos esenciales para el hogar y para los refugios de emergencia. En ellos hay mantas, vestidos, utensilios de cocina, bidones, jabón y mosquiteros para proteger a la gente contra el paludismo, la principal causa de muerte infantil en la RD del Congo.
En un centro de salud hay disponibles medicinas gratuitas. Cientos de niños, niñas y madres han recibido tratamiento para sus enfermedades y lesiones. Los enfermeros informan sobre casos de paludismo y de otras enfermedades, y señalan que pueden ser letales para los niños y niñas que están desnutridos.
Las galletas con alto contenido energético que se repartieron entre 15.000 niños y niñas hace una semana podrían haber contribuido a limitar el aumento de la desnutrición. A pesar de ello, un examen nutricional realizado hace muy poco determinó que había 100 niños y niñas desnutridos, que están recibiendo asistencia urgente.
Entretanto, equipos especiales están tratando de detectar a los niños y niñas separados de sus progenitores y familias. En los últimos tres días se ha identificado a 150 niños y niñas separados, algunos de sólo dos años de edad. Se les está colocando con familias de guarda mientras se lleva a cabo una investigación sobre sus familias para que los niños y niñas puedan reunirse lo antes posible con sus parientes.
Pese a las dificultades en la educación, los niños resisten
En un edificio de madera, un grupo de dirigentes comunitarios, maestros, madres, padres y colegas de UNICEF debaten cómo establecer un espacio para el aprendizaje en escuelas que están siendo utilizadas como refugios para personas desplazadas y como campamentos para soldados. A menos que se encuentre una solución, la educación seguirá suspendida temporalmente o resultará muy difícil para miles de niños y niñas.
Fuera de una escuela, alrededor de 20 niños y niñas cantan y bailan siguiendo el ritmo de un tambor. Esto le sirve claramente de ayuda terapéutica y les produce satisfacción. Otro niño estudia en silencio en un banco un poco más allá. Otros juegan al fútbol con una pelota confeccionada con bolsas de plástico atadas.
Los niños y las niñas están tratando de buscar una manera de superar la situación.
Supervivencia de los inocentes
Mientras continúan estas intervenciones, el frente de batalla se encuentra a sólo unos kilómetros. La inseguridad -y otra posible huida debido a la violencia- está muy cerca. A fin de recibir una mejor protección, la gente aquí tiene la posibilidad de trasladarse a los campamentos ubicados al otro lado de Goma.
Sin embargo, seguimos extremadamente preocupados ante las decenas de miles de personas a las que UNICEF no puede acceder debido a los combates. Tan pronto como sea posible acercarse a ellos, nosotros y nuestros aliados realizaremos las mismas intervenciones de emergencia que se ofrecen en Kibati, o incluso más.
La supervivencia de niños, niñas y mujeres inocentes atrapados en medio de los combates dependen de ello.
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