La sequía ha ganado el centro neurálgico del aparato productivo agropecuario. LA REPUBLICA consultó la opinión del ingeniero Pablo Soca, profesor de la Facultad de Agronomía en el área de producción animal, experto internacional en el tema.
Soca desarrolla su acción desde Paysandú y consideró que la zona litoral vive una severa sequía que se arrastra de un déficit hídrico prolongado.
Reconoció que hay una variabilidad importante en diversas zonas del territorio, pero destacó que lo más importante de la sequía es que "es la expresión de la variabilidad climática que está prevista en los modelos de cambio climático, temperaturas fuera de lugar y episodios extremos con relación al nivel de lluvias", dijo.
Parte del modelo
Las previsiones que hacen los especialistas determinan que estos eventos extremos climáticos serán parte del escenario futuro. Para Soca además hay un tema conceptual y es que en los últimos diez años hemos tenido varios episodios de sequía. En este aspecto, entonces, no se puede trabajar en producción animal sin esta idea, que es central para poder planificar a mediano y largo plazo.
Eventos más extremos, temperaturas fuera de época, variabilidad, cambios rápidos, situaciones todas que se han dado en el correr del presente año. Por ello señaló el investigador que la variabilidad climática debe ser tomada en cuenta a la hora de la planificación y la toma de decisiones por parte de las autoridades, de los técnicos y productores.
En la actualidad, reconoció Soca, esto no se ha consolidado en la práctica y aún falta desarrollar certeros sistemas de alarma y una planificación estratégica que tome en cuenta que los extremos climáticos no son más un accidente, sino la regla, sentenció.
Falta
En plena sequía hay problemas de baja en rendimientos productivos, gastos para sostener a los animales y cultivos que van en el sentido de medidas tácticas que se toman cuando el problema ya está instalado. Soca consideró que "hay que pensar diferente, tomar esta eventualidad no como un accidente, sino como algo que está siempre a la hora de planificar" afirmó.
Un tema clave es tener en cuenta que si no se trabaja con evaluaciones continuas sobre el estado de las pasturas y de los ganados, si no se aplican medidas racionales en este sentido, "parece claro que no se podrá seguir trabajando con la intensidad que actualmente se hace sobre el recurso" dijo. En definitiva, el productor que pretenda trabajar del modo tradicional debe tener en cuenta que cada poco tiempo la sequía le va a provocar graves pérdidas.
Oportunidad para mejorar manejo
A pesar de las dificultades que ocasiona un problema como el actual, el Ing. Pablo Soca consideró que se puede ver a la sequía como una oportunidad para cambiar el rumbo de la producción animal en nuestro país, que aún tiene características casi silvestres en muchos establecimientos.
El clima cambia de modo importante. "Hay tasas de crecimiento en las pasturas, que un día es de cien, y a los pocas semanas de cero; esto no es una ficción, es lo que está pasando en la realidad en el campo", relató Soca.
El investigador afirmó que estas grandes variaciones "forman parte del proceso productivo; por ello hay que tomar decisiones muy anticipadas, de una estación a la otra", subrayó.
Pasos para enfrentar sequía
Sin embargo, Soca señaló que hay pasos previos al destete precoz. Entre ellos señaló: "Evaluar recursos forrajeros; evaluar condición corporal de los animales; sacar animales viejos del rodeo; sacar animales con problemas sanitarios; limitar horas del pastoreo; mejorar el pastoreo en zonas lejanas al agua; evaluar la cantidad de forraje en zonas alejadas del tránsito de animales; evitar que ovejas y vacunos compartan potreros; lograr identificar las vacas de segunda cría; intervenir con la tablilla, con o sin separación de la madre, o con suplementación de la vaca, y al final el destete precoz que está indicado en casos concretos", dijo Soca.
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