“Además de la educación y promoción, nuestra tarea fundamental es alertar a la población y gestionar ante las autoridades responsables acerca de los diferentes temas relacionados con un ambiente saludable”, explicó Alicia Ferrari, de profesión bioquímica, y actual presidenta de la Asociación Ambientalista Rincón Limay con sede en Plottier.
Esta asociación civil nació hace quince años cuando padres de alumnos de la Escuela 240 formaron parte del grupo ecológico del mencionado establecimiento educativo. Una vez que sus hijos terminaron la escuela primaria, los padres quisieron continuar trabajando y fueron llamados para integrar el Consejo Asesor de Planificación y Medio Ambiente (CAPYMA) de Plottier.
Ferrari participó en Viedma de la Asamblea General de la Unión de Asambleas de Ciudadanos por la Sanidad de la cuenca del Lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro que se realizó el pasado fin de semana.
Focos
El objetivo de esta reunión fue el de iniciar un relevamiento ciudadano denominado “Mapa de la Verdad”, donde se señalaron cada uno de los focos de contaminación agroquímica, petrolera, radioactiva, industrial, clandestina, de residuos urbanos, y de efluentes cloacales e industriales urbanos volcados en forma directa, indirecta o deficiente al cauce de la cuenca. Asimismo se identificaron los distintos espacios de la costa de los arroyos, lagos y ríos patagónicos incautados para fines particulares.
Junto a las representantes de la Asociación Ambientalistas Rincón Limay estuvieron presentes asambleas regionales provenientes de ciudades, poblados y zonas rurales cordilleranas, lacustres y ribereñas de las provincias de Río Negro y Patagones, cuyos arroyos, lagos, represas, napas y ríos se encuentran afectados por la eutrofización, contaminación e incautación privada de las costas.
“Hace quince años hicimos una encuesta a los padres de los alumnos de la escuela 240 preguntando cuáles eran los problemas medioambientales más importantes que observaban en Plottier. La mayoría contestó: la basura. Después de quince años estamos igual o peor”, comentó Ferrari.
“En numerosas oportunidades solicitamos al intendente como así también al director de Medio Ambiente, Adolfo García, información acerca de la forma en que seleccionan la basura y dónde van a parar los residuos, especialmente los industriales, porque la Municipalidad firmó un convenio con la empresa Cliba. Pero hasta ahora no nos respondieron”, advirtió Griselda Mattio, secretaria de la asociación de Plottier.
Por otra parte, señaló que desde hace un tiempo “comenzamos a observar con preocupación en las veredas lo que podríamos llamar ‘basura informática’ y que no es inocuo porque cada monitor o CPU tiene un contaminante que es persistente en el tiempo. Y a esto se le suma ahora, la basura proveniente de los equipos de telefonía celular”.
Sin controles
Ferrari precisó que Plottier es una “ciudad yacimiento” porque “hacia Senillosa se despliegan los yacimientos de gas Aguada de Cajón, mientras que hacia Neuquén el yacimiento petrolero Centenario de la empresa Pluspetrol. A pesar de esto no existe una autoridad de control de las explotaciones de hidrocarburos a pesar de que existe una ordenanza que lo indica”.
Y citan como “caso testigo” que la Escuela 301 del paraje China Muerta desde el año pasado no puede hacer uso del agua porque está contaminada.
“Se han encontrado sustancias hidrocarburíferas en las napas de toma de agua de esta escuela lo que provocó que el Estado les provea agua embotellada a los chicos y docentes para el consumo. Incluso suspendieron la actividad de huerta porque el agua no sirve para el riego porque sale con olor a combustible”, comentó Ferrari quien dijo que aún las autoridades responsables no tomaron ningún tipo de medida al respecto.
En los últimos días ese establecimiento educativo recibió un llamado de la Dirección de Seguridad e Higiene del Consejo Provincial de Educación en el que se le notificaba la potabilidad del agua. “No tenemos ninguna certificación por escrito, por lo tanto nos seguimos abasteciendo con bidones”, aclaró la directora.
La participación de los vecinos es “sumamente valiosa” para los integrantes de la asociación civil “porque son quienes nos informan y advierten acerca de situaciones irregulares”.
Recientemente los vecinos les informaron que la Reserva Ecológica Rincón Limay “se ha convertido en una cantera, por día treinta camiones trasladan suelo y piedras. Desde la dirección de Medio Ambiente de la provincia nos explicaron que las tierras fueron cedidas al municipio “donde nos dijeron que las personas que sacan áridos de la cantera están autorizadas por el área de Minería de la provincia y que no es jurisdicción de ellos porque no está realizada la mensura”, comentaron.
Hipotecando el agua
Otro de los temas presentados por los representantes de la asociación ambientalista Rincón Limay en el encuentro realizado en Viedma estuvo centrado en la problemática surgida de las aguas servidas y efluentes cloacales.
La ciudad de Plottier cuenta desde 1997 con una red cloacal y una Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales “que no está funcionando” advirtieron las ambientalistas. “No sabemos cómo está saliendo el agua porque no tenemos un laboratorio que realice los controles del agua que sale del caño que llega al río”, precisaron.
“Lo que sí notamos con preocupación la aparición de muchas algas en la zona donde están ubicados los caños, lo cual nos hace pensar que en algún momento, no siempre, algo de compuesto orgánico está llegando al río más de lo habitual”, comentó Ferrari.
“La red cloacal no cubre a toda la población de la localidad. En uno de los barrios más poblados como es Giacchino hasta hace poco la presencia de rebalse de líquidos cloacales era una constante con el consiguiente perjuicio para quienes viven allí”.
Un poco antes de llegar a la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales “existe un desagüe que estimamos que proviene de las jugueras porque el olor que se siente es a mosto y el agua que sale por ese canal es bien brillosa y espesa”, comentó Ferrari. Mattio arriesgó que estas empresas “deben carecer de una pequeña planta de tratamiento y depuramiento”.
“Lo que más nos preocupa no es tanto el compuesto orgánico que puede ser el desecho de la manzana o de la pera sino los conservantes para conservar la fruta que son tóxicos. Creo que aún siguen usando el sulfhídrico”, expresó Ferrari.
“Estamos hipotecando el agua que es un bien social e indispensable para la vida misma”, se quejó Mattio.
Ambas ambientalistas se refirieron también a los agroquímicos. “Siempre alertamos a la población que aquello que se vuelca al río que es de donde Plottier toma el agua para potabilizarla termina en sus casas. Tenemos que pensar que el agua potable no tiene bichitos. Si bien en estos momentos no hay tantas chacras en producción, lamentablemente el manejo de los agroquímicos depende de la buena voluntad y conciencia de cada productor”.
Hospitales
Las ambientalistas de Plottier puntualizaron que del hospital se continúa sacando residuos del pozo negro con camiones atmosféricos. “Averiguamos dónde los llevaban y nos contestaron que a la planta pero creemos que no le hacen un tratamiento previo a estos residuos hospitalarios”.
“Siempre señalamos a los hospitales como probables centros de contaminación por esto de que no se hace un tratamiento previo de los efluentes antes de ingresar a la red cloacal. El hospital ni siquiera tiene red cloacal”, subrayó Ferrari.
Por último, Ferrari y Mattio, consideraron que en relación al medio ambiente, “Plottier aún está necesitado de armarse” porque “desde la Municipalidad no se ejerce el poder de policía”.
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