Las fuertes lluvias que desde hace casi dos meses se abaten sobre el estado brasileño de Santa Catarina (sur), arrojan un saldo provisorio de 84 muertos y 54.039 evacuados, y afectan particularmente a la turística ciudad de Blumenau. El gobernador del estado de Santa Catarina, Luiz Henrique da Silveira, que el sábado decretó el estado de emergencia, declaró que ésta es " la peor tragedia climática de la historia de la región", y dijo que las autoridades no saben con exactitud "cuántas personas pueden haber desaparecido".
El martes hubo saqueos en supermercados y farmacias de la ciudad portuaria de Itajaí, según un responsable de bomberos, Samuel Martins. La región del valle de Itajaí, la más afectada, se convirtió en un verdadero mar de barro y las autoridades estiman que 1,5 millones de personas se vieron afectadas de una u otra forma. Aunque las aguas comienzan a bajar, casi 80% de la región sigue inundada.
El martes los servicios de defensa civil alertaron sobre "riesgos de nuevos deslizamientos de terreno". Meteorología anuncia lluvias hasta el miércoles. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, aprobó el envío de seis helicópteros militares y unos 350 efectivos castrenses para encaminar la ayuda a los damnificados y colaborar en las tareas.
Las ciudades más afectadas de la zona son Ilhota (de 22.000 habitantes), en donde 18 personas murieron por deslizamientos de terreno, y la vecina Blumenau, en donde 20 personas fallecieron por la misma causa. "Nos hará falta un año y medio o dos para reconstruir la infraestructura destruida.
En el sur de la ciudad, todos los puentes cedieron", dijo el martes el alcalde de la turística Blumenau, Joao Paulo Kleinbing. En la ciudad las clases fueron suspendidas en las escuelas, y el barco se convirtió en el único medio de transporte posible en algunas de sus calles. En algunas zonas totalmente aisladas la ayuda llega sólo por helicópteros. "Esto es peor que en las grandes inundaciones de 1984, ya que nadie tuvo tiempo de prepararse. La lluvia torrencial llegó de golpe", dijo a la AFP James Locatelli, de 60 años, contactado vía telefónica desde Rio de Janeiro.
Las lluvias dañaron una de las vías del gasoducto Brasil-Bolivia, dejando así sin gas a una parte de Santa Catarina y del vecino estado de Rio Grande do Sul. Rio Grande (sur) y el estado de Espiritu Santo (sureste) se vieron afectados por las lluvias, inundaciones y deslizamientos de terreno, pero de forma menos intensa. |
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