El parque lineal de Caupicho mejoró la imagen del barrio del mismo nombre, en el sur. Allí, donde se inicia el río Machángara, la Corporación Vida para Quito construyó un colector de recepción de aguas servidas.
Sin embargo, las aguas huelen a putrefacto y tienen desperdicios. “Preferimos que no salga el sol, porque el mal olor es insoportable”, dice Hólger Sarango, vecino de ese sector.
El hombre vive cerca de la ribera desde 1996 y asegura que no ha visto mejorías en la calidad del agua, pese a la intervención, que incluyó la construcción del parque en el 2006.
Desde el 2002, cuando se inició el plan de recuperación del Machángara, hasta este año, la Corporación ha invertido USD 50 millones en colectores y parques lineales. La primera etapa de la obra, que va desde Caupicho hasta cerca de La Vicentina está avanzada en un 75%, dice Andrés Vallejo, vicealcalde y gerente de Vida para Quito.
La obra está planificada para nueve tramos; siete están listos. Vallejo, quien está por concluir su período, admite la contaminación del río y dice que “la limpieza total no se logrará mientras no se separen las aguas lluvias de las aguas servidas, que es el objeto de la construcción de colectores e interceptores”.
Para esa tarea se requieren USD 200 millones, dice el funcionario. “Pero ya no recibiremos el 25% de la donación voluntaria del Impuesto a la Renta”.
Desde este año rige la Ley de Equidad Tributaria. “Ahora dependeremos de los recursos del Estado para continuar con los trabajos, que esperemos lleguen para este año fiscal”, sostiene.
Pero ese aporte estatal depende de un cambio de figura en la Corporación. Según el artículo 315 de la Constitución, Vida para Quito (entidad de capital mixto) debe convertirse en empresa pública. Al respecto, Vallejo asegura que “está en estudio la reforma” para esa mutación.
En tanto, los análisis sobre la calidad del agua del río efectuados por la Empresa Metropolitana de Alcantarillado y Agua Potable (Emaap), a través del Programa de Saneamiento Ambiental (PSA), confirman el impacto ambiental de las aguas.
Othón Cevalloz, director (e) del PSA, señala que el DBO (demanda química de oxígeno), el cual se refiere a la cantidad de oxígeno necesaria para degradar materia orgánica, llega en los días secos a 180 miligramos por litro y en los días con lluvia apenas alcanza 40, todo depende del clima. No obstante, tampoco descarta que haya contaminación en las riberas.
Otro estudio comparativo realizado hace cuatro años por la Dirección Metropolitana de Medio Ambiente determinó que el fluvial tenía una calidad muy mala y su DBO creció en un 60% del 2001 al 2004. Sin embargo, la Dirección de Medio Ambiente, ente de control municipal, no ha vuelto a realizar análisis del río.
Según Cevalloz, la contaminación no mermará hasta que se construyan plantas de tratamiento de las aguas servidas. El funcionario dijo que en 18 meses tendrán los estudios de los diseños, que fueron contratados.
Los 32 kilómetros del Machángara reciben 85% de descargas domésticas y 15% de industriales. “La colaboración y concienciación de la gente son básicas para que no creen descargas clandestinas”. Según la Emaap, se han cuantificado 28 desfogues ilegales al río.
54 quebradas al río
El río Machángara se alimenta de 54 quebradas. Según la Corporación, 1 200 barrios ilegales no han respetado la zona de protección ecológica que abarca 50 metros a cada lado del cauce del río.
El caudal del río es de 2 m³ por segundo. Su temperatura llega a 17 grados y la turbiedad es de 300 a 400 puntos, según la Dirección de Ambiente. |
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