Si bien meses atrás la región S udeste de la Provincia de Buenos Aires, en la que se halla Necochea, contaba con registros de lluvia prometedores para la campaña agrícola de este año; en las últimas semanas la sequía ha empezado a causar varios problemas para la siembra y desarrollo de los cultivos, siendo el más afectado el trigo. Según explicaciones del extensionista del INTA en nuestra ciudad, Luis Lanzavecchia, “las precipitaciones de octubre y noviembre, que son los meses de inicio de la campaña de los cultivos en esta zona, han sido sensiblemente menores a las del año pasado y es muy marcada la falta de agua en la actualidad”.
Al referirse en forma específica a los cultivos, el experto apuntó que “las lluvias acontecidas fueron erráticas y dispersas, así como también insuficientes. Sin dudas provocarán un recorte de rendimientos, al faltar en el periodo de mayor requerimiento, es decir en la espigazon, floración y llenado de grano de trigo”.
Cebada menos afectada
Lanzavecchia comentó que “los cultivos de cebada escaparon a estas contingencias climáticas, por su mayor rusticidad y por ciclo, sobre todo en aquellos ambientes con mayor posibilidad de conservar humedad en el perfil del suelo” y añadió que “de seguir las condiciones de altas temperaturas y baja humedad, esta semana se estarían levantando algunos lotes” de dicho cereal.
En otro orden, el profesional acotó que “algunas colzas ya han sido cortadas y otras cosechadas, con datos puntuales de rendimiento de 1500 a 1900 kilogramos por hectárea”.
Sobre otras incidencias de la falta de lluvias, Lanzavecchia resaltó que “el pulso seco también ha detenido las implantación de cultivos de gruesa, como girasol (se sembrará menor volumen) y soja, debido a las condiciones inadecuadas de cama de siembra”.
Lo que debe llover
Al referirse a los sectores de campos más afectados en nuestra región, Luis Lanzavecchia indicó que “los suelos cercanos a la costa aún cuentan con reservas de humedad de las lluvias caídas en los primeros meses del año; pero otros campos, que no tienen tanta capacidad de retención y dependen más de las lluvias, el panorama es muy complicado. De todas maneras si sigue la falta de agua hará mella en todos los lugares”.
Al ser consultado sobre qué cantidad de agua sería necesaria para paliar el adverso panorama actual, el extensionista del INTA sostuvo que “deben producirse registros de 50 milímetros, como mínimo, aunque ya no servirán para corregir la falta en el periodo crítico del trigo y la cebada. Está claro que en estos cultivos habrá merma de rendimiento”.
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