Más de 20 toneladas de peces muertos fueron retirados ayer de la laguna de Lobos, a raíz de las altas temperaturas que se registraron en la zona, amenazando con resentir la temporada de pesca del próximo año en lo que fue calificado como un "desastre natural". Al mismo tiempo, una situación similar se dio en la laguna Salada, de General Pinto, en la Laguna de Gómez, en Junín y -aunque en menor medida- en la laguna de Navarro.
Desde el área de Pesca del ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, advirtieron que estos "no serán los únicos casos que van a ocurrir", debido a que estos fenómenos naturales suelen darse en el mes de enero, por lo que "si en noviembre empezamos así, es probable que una mortandad similar vuelva a producirse en esa laguna o en otras", expresaron desde la cartera.
Si bien la Provincia todavía no realizó los informes técnicos, el intendente lobense Gustavo Sobrero señaló como primera causa de la gran mortandad, la sofocación producto de las altas temperaturas que se registraron los últimos días y la falta de renovación de agua que ocasiona la sequía, lo que produce una quita del oxígeno y una posterior muerte de las especies más débiles.
"También es posible que con estas altas temperaturas se desarrollen ciertas algas que se alojan en las branquias de los peces, produciéndoles la muerte por asfixia", explicó Sobrero, quien detalló que las principales especies blanco del desastre ecológico fueron el pejerrey -la especie más preciada y también la más débil- el sabalito, la carpa y el bagre".
En ese contexto, el jefe comunal calculó que "cerca de 20 toneladas de peces muertos fueron retiradas en las últimas horas en estado de descomposición" en camiones, para ser enterrados en basureros de la zona, mientras que algunos fueron separados como muestras, que serán estudiadas por especialistas de nuestra ciudad.
La recolección de ejemplares muertos continúa en ese espejo de agua reconocido por la práctica de deportes náuticos y de pesca, ubicado a 80 kilómetros de La Plata.
Según se informó, el bajo caudal de la laguna también provocó que las aguas se calentaran más rápido, frente a las altas temperaturas registradas, que llegaron a los 40°C, y la proliferación de algas y moluscos consumieran el oxígeno disponible. El gran lago tiene una extensión de 800 hectáreas y 1.40 metros de profundidad, agua que se renovó por la gran sequía.
LAS PERDIDAS
Respecto a las pérdidas económicas, el intendente aseguró que "es algo que se recupera", aunque reconoció que la temporada de pesca 2009, que atrae a una gran cantidad de turistas entre marzo y agosto, puede verse "resentida".
"Hace siete años que Lobos no tenía una abundante pesca, y luego de mucho sacrificio sembrando huevas, habíamos dejado la laguna en estado óptimo para la temporada de marzo", dijo a este diario José Cirone, del Club de Pesca de Lobos.
Cirone remarcó que todos los años se venían plantando entre 7 mil y 8 mil huevas de pejerrey que ahora se han perdido.
Si bien aún no puede realizarse una evaluación total de las pérdidas porque todavía quedaban peces muertos en el agua, el integrante del Club de Pesca expresó sobre el daño económico que es "como volver a foja cero" y aseguró que tal vez sea necesaria la realización de una obra que contenga el agua y no se concentre tanta sedimentación.
Sin embargo, el intendente aseguró que no existen formas de haber evitado lo que calificó como un "desastre natural" y expresó que el análisis DE las consecuencias deberá realizarse cuando pare la mortandad, que "suele durar dos o tres días, y pueda evaluarse lo que ha quedado y las dimensiones de lo que ocurrió".
El pejerrey es un pez de invierno, que se encuentra en óptimas condiciones de vida en ambientes con el agua a 13ºC, sin embargo la última semana la temperatura en el agua de la laguna de Lobos llegó a los 24ºC. Esto no es la primera vez que ocurre, el año pasado también hubo muerte de peces y la ocasión más recordada por los lugareños ocurrió a principios de los años ´80.
El ganado también se vio afectado
Entre 300 y 400 cabezas de ganado murieron desde el pasado lunes a la fecha en los distritos de Ayacucho y Balcarce, debido a las altas temperaturas registradas en esa zona, según informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El motivo de la gran mortandad fue el síndrome distérmico sufrido por los animales," afección por la que no logran sacar el calor que tienen en el cuerpo", explicó el veterinario del Grupo de Sanidad Animal del organismo, Germán Cantón.
"El fenómeno está asociado a varios factores, entre ellos las altas temperaturas, la falta de provisión de agua y de una correcta sombra, y el consumo de una especie de pastura llamada fastuca, que puede estar contaminada con un hongo que agravaría el problema", señaló el profesional.
La región de Balcarce y Ayacucho registró esta última semana una temperatura máxima promedio de 30 grados centígrados, por lo que varios productores sufrieron el deceso de sus animales, con grandes pérdidas económicas. Según se informó, se llegaron a registrar hasta 60 animales muertos por productor.
Un fenómeno que se produce por bruscos cambios de clima
La mortandad de peces "suele ocurrir ante los cambios bruscos de temperatura", indicó a este diario, el biólogo Sergio Morón, encargado del Departamento Educativo de la Fundación Mundo Marino, en San Clemente, quien agrega que este fenómeno se ha producido en ocasiones anteriores.
En el fenómeno opera una combinación de factores: "En general, las lagunas pampeanas tienen poco recambio de agua, lo que provoca un déficit en el oxígeno, que si se combina con altas temperaturas y poco caudal de agua, genera un cambio en el PH que provoca la muerte de los animales", explicó Morón.
Según el biólogo, el aumento de la temperatura es inversamente proporcional a la disolución del oxígeno en el agua, a lo que se le suma que "ciertas situaciones son ideales para la proliferación de pequeños organismos como crustáceos, moluscos y peces, que también consumen oxígeno y de algas que por la noche eliminan dióxido de carbono".
Morón dijo que cuanta menor profundidad tengan las aguas, más rápidamente se calentarán y eliminarán su oxígeno, generando la situación ideal para la reproducción de otros animales que compitan en la búsqueda del escaso bien y provoquen la asfixia de algunas especies.
En este sentido, el pejerrey es un "pez de invierno", debido a que vive en aguas que se encuentren a bajas temperaturas, mientras que la semana pasada, las aguas de la laguna de Lobos registraron 24 grados centígrados.
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