San Juan de Dios un pueblo en que sus pobladores casi ni recuerdan en que año nació, pero que aseguran fue más allá de los 50 en el departamento de San Pedro de Jujuy, recién este año logró la tan ansiada e indispensable provisión de agua potable. Es así que el agua ya es una realidad, gracias a la decisión política del gobierno de la provincia, fluida por el presidente del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy, Luis Cosentini, quien concretó los estudios y colocación de un sistema de bombeo en el pueblo. De este modo, el agua surgió de la tierra para alegría de las familias que habitan, de humilde condición, pero ricas en fe y esperanzas, que permanecieron durante muchos años en silencio y en espera a que el gobierno provincial mirara tan indispensable necesidad.
San Juan de Dios, es un pueblo que no todos los jujeños conocen de su existencia, pero que con muchos otros parajes similares ubicados en los Valles y el Ramal jujeño, forman la región de poblaciones que esperan progreso y soluciones a sus necesidades básicas, todavía insatisfechas. Cabe apuntar que esta localidad, enclavada en el departamento de San Pedro de Jujuy, limita al Sur con la provincia de Salta; sus paisajes son imponentes, y se llega al pueblo por la ruta provincial 41 cruzando otras dos localidades El Lobatón y El Acheral; o por la ruta provincial 23 que cruza las de Arroyo Colorado y Arroyo del Medio. Ambas son rutas de tierra que esperan el ansiado pavimento para sus casi 40 kilómetros.
Este hermoso lugar de la zona agrícola del ramal, se enmarca en las serranías Cresta del Gallo, El Saladillo y otras montañas, fundado por la solidaridad de Jorge Cornejo Arias, que donó esas tierras a sus trabajadores para que las habiten, evitando así el éxodo de las familias rurales.
En los años 1950, fue construido un puesto de salud y años después, la escuela primaria que aún actualmente concurren todos los niños de la zona, pasando muchos años sin contar con los servicios básicos elementales, ya que hasta ahora, el agua potable para beber, era traída desde la ciudad de San Pedro, distante a unos 80 kilómetros. La almacenaban en tachos, con los que debían subsistir teniendo en cuenta las altas temperaturas características de esa zona, especialmente en verano. Hace algunos años, se consiguió el tendido de energía eléctrica domiciliaria y pública, beneficio que les permitió a sus pobladores, avanzar en los trámites de escrituración de sus lotes. |
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