El emblemático sistema de acequias y canales de Mendoza fue declarado Patrimonio Cultural de la Provincia. La resolución fue adoptada el miércoles por la Cámara de Diputados en vistas a que la Unesco lo considere bien patrimonial de la humanidad y se puedan gestionar recursos internacionales para su preservación.
Para los foráneos, se presenta como algo novedoso y digno de admirar. En cambio, para los mendocinos, las acequias son tan obvias que resultan invisibles. A su vez, los canales e hijuelas de zonas rurales no despiertan mayor admiración. Pese a que, desde antes de la llegada de los españoles, eran un sistema que aseguró la vida en esta parte del mundo.
Atento a eso, hace cuatro años el diputado Ricardo Puga (actualmente del monobloque Proyecto Independiente Mendoza) presentó un pedido ante la Cámara Baja para conseguir la declaración de patrimonio cultural de la humanidad de parte de la Unesco (en su lista hay 679, entre ellos Machu Pichu, en Perú; Chichen-Itzá, en México; la ciudad histórica de Toledo, España). Con eso, entrarían en un catálogo de modo que se lo pudiera dar a conocer, pero también, bajo ciertas condiciones, obtener fondos para la conservación.
Puga explicó que “aquel proyecto ingresó justo cuando yo dejaba la banca. Ahora, volví a reactivarlo y nos informaron que para obtener esa declaración, primero necesitaba la provincial, de modo que luego la Nación hiciera lo mismo y, a través de Cancillería, se pudiera gestionar ante la Unesco”.
El miércoles, los diputados le dieron el sí. Al ser una resolución, no deberá ser ratificado por Senadores, por lo cual ahora la Provincia deberá gestionar ante el Congreso nacional su declaración y luego saltar al ámbito internacional. “Para ello, hemos sumado diversos antecedentes que den cuenta del valor histórico de nuestras acequias y canales, para lo cual es muy importante el libro que el arquitecto e investigador local Ricardo Ponte realizó al respecto”, detalló Puga.
Según el legislador, la declaración en ningún caso viola la autonomía, es más obliga a los municipios a velar por la preservación de sus acequias y a la Superintendencia de Irrigación por todos los canales y demás obras hídricas del mapa provincial.
“Las acequias y canales mendocinos proporcionan agua para cientos de usos humanos, también dan de beber a los animales y permiten el correcto funcionamiento de los ecosistemas y hábitat–destacó–. El agua que transportan es demasiado importante para las condiciones de vida, el sustento de la gente y el ambiente global como para que se descuide por más tiempo. Además de la protección de todas las fuentes de agua dulce, se debe incluir la conservación y multiplicación del sistema propio de distribución acuífera”.
El objetivo es lograr que los diferentes actores de la sociedad “participen en la protección, conservación y valoración universal del patrimonio cultural y natural que recibimos, que tenemos y que daremos a los que están por venir, como herederos de una civilización milenaria”.
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