Algunos hasta se aventuraron en afirmar que las reivindicaciones paraguayas podrían llevar a la binacional a la quiebra. “No es prudente modificar ahora el escenario”, dijo, por ejemplo, el senador por el DEM-SP Romeo Tuma, exponiendo en el mismo contexto su colega del PT (SP), Aloizio Mercadante, este último en el seno de la audiencia pública.
Haciendo una evaluación de los resultados del debate del último fin de semana en la capital uruguaya, se podría concluir que el Brasil mantiene su postura de intransigencia en la revisión del Tratado, fundamentalmente, y en dar una respuesta favorable a las pretensiones de su socio en la hidroeléctrica.
Jorge Samek. director de la Itaipú de la margen izquierda, se encargó de rebatir punto por punto los argumentos presentados por su par Carlos Mateo Balmelli. Recordó primero que el Tesoro brasileño fue el que había dado el aval para la obtención de los recursos e indicó seguidamente que tanto del mantenimiento, gastos propios de la administración, pago de la deuda, compensaciones y otros compromisos, se hacían cargo “la otra margen y los consumidores del vecino país”.
Samek presentó en la oportunidad varios cuadros. Sobre la evolución de las tasas de interés internacionales, el histórico del endeudamiento, costos finales, distribución de beneficios, concluyendo en que Brasil no abona los US$ 2,8 MWh sino US$ 41,61 y se vio obligado “desde un principio” a garantizar el consumo de lo producido por la usina y que el consumidor brasileño era el que finalmente “lo venía apechugando” todo, al utilizar el 96% de la energía generada por la represa.
Y apeló en un determinado momento hasta a la sorna, al dar a entender que lo que planteaba el socio paraguayo sería como modificar las tácticas de juego y el plantel de jugadores en un equipo de fútbol con una campaña exitosa y de “jogo bonito”. Cayó también en contradicciones. Primero, al señalar que no se podría reclamar al Brasil una apertura integracionista cuando que “asumió los compromisos” y construyó una hidroeléctrica con su vecino, en pleno conocimiento de que este no estaba en condiciones económicas para llevar adelante la obra.
Luego sostuvo que Brasil habría impulsado otros proyectos en vez de Itaipú “si tenía la presunción de que se iba a llegar a esto”. Al responder a Mateo en la reivindicación de la liberación del excedente energético paraguayo, el ejecutivo brasileño dijo que las normas de la binacional lo impiden y que veía como un muy mal negocio para Paraguay entrar a competir en el mercado de la electricidad, “donde a veces hasta se opera a pérdidas”. A juzgar por la posición de Samek y los rumores escuchados de una fuente cercana a este, de que Itamaraty no estaría dispuesto a “ceder un milímetro” sino dilatar el debate “en calendas griegas”, como lo catalogó un legislador colorado del Parlasur, el panorama no es alentador.
La mentada línea de transmisión, subestaciones y el anunciado anticipo de compra del excedente energético paraguayo tienen las características de que estamos nuevamente en puertas de una feroz coima. “La idea es aumentar la capacidad de consumo de Paraguay y ofrecer un respiro económico al gobierno de Lugo, durante todo su período de mandato, sobre la base de programas de acción. Un 20% (hasta ese porcentaje es lo que se podría llegar a adelantar sobre lo que correspondería cobrar a Paraguay de su excedente energético) no es una cifra nada despreciable”, dijo nuestro interlocutor.
Una afirmación hasta un tanto temeraria, pero que no deja de ser una lamentable posibilidad, tomando en cuenta la vieja y conocida costumbre de los políticos paraguayos de adoptar cualquier tipo de determinaciones que, aunque sean claramente desfavorables, apunten hacia alguna solución coyuntural y, especialmente, al lucro personal.
Compartir beneficios
“Si somos socios en la generación de energía, ¿por que no podemos ser socios también en la comercialización, compartiendo los beneficios correspondientes?”, preguntó Mateo Balmelli en la audiencia del Parlasur.
“Se espera la voluntad política del Brasil para que el Paraguay pueda comercializar sus excedentes de energía en el mercado regional brasileño, dentro del concepto de una real integración energética regional”, indico el director paraguayo.
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