Venecia quedó anegada ayer por el fenómeno del agua alta, que alcanzó 1,56 metro sobre el nivel del mar, récord para los últimos 22 años. Esto, sumado a una huelga nacional de transportes, dejó paralizada la ciudad.
La Oficina de Mareas del Ayuntamiento había lanzado un alerta, ante la posibilidad de que el agua superara 1,60 metros, lo que no ocurría desde 1979 y que habría causado la inundación de todo el territorio. Pero más tarde cambió la dirección del viento, se hizo más moderado, y las aguas comenzaron a retirarse.
El acqua alta se debe a dos circunstancias adversas, que se abatieron desde hace días sobre la ciudad lacustre. Por un lado el temporal de lluvia, nieve y vientos fuertes que afecta desde hace varios días al norte de Italia. Y por el otro el siroco, el viento del sur, que empuja las aguas del mar Adriático hacia el interior de la ciudad.
La ciudad de los canales vivió ayer una pesadilla, debido a que el agua alta obligó a suspender durante varias horas los servicios de transporte público, como el clásico vaporetto y el ferry. Por la mañana sonaron las sirenas, para advertir del riesgo tanto a los venecianos como a los turistas, y el alcalde, Massimo Cacciari, pidió moverse lo menos posible.
Poco después del mediodía, el 80% de las calles de la ciudad y la plaza San Marcos -el centro turístico de la ciudad y uno de los puntos más bajos- quedaron cubiertas por las aguas, y los desplazamientos se hicieron muy difíciles.
No sirvieron de mucho las pasarelas de madera que suelen ponerse para los peatones cuando hay agua alta. En los puntos más bajos de la ciudad, las botas de pesca resultaron inútiles. Habitantes y visitantes se subieron a sillas y mesas de bares y restaurantes, para no quedar sumergidos hasta la cadera.
El presidente de la Región del Véneto, Giancarlo Galán, criticó que no se hubiera previsto el alcance que tuvo el fenómeno: "Es el décimo episodio más grave de marea alta de los últimos cien años. A las 8 de la mañana, la Oficina de Mareas fue incapaz de prever lo que iba a suceder dos horas después".
"Se trata de previsiones cautelares -replicó el responsable de ese servicio, ingeniero Paolo Canestrelli-. Las previsiones astronómicas son una cosa; las meteorológicas que influyen sobre el agua son otra".
La última vez que hubo un agua alta de estas características fue en febrero de 1986, con 1,58 metro. Pero el récord sigue siendo el del 4 de noviembre de 1966, cuando la marea alcanzó 1,94 metro. Venecia, que está a apenas un metro por encima del nivel del mar, es conocida por sus frecuentes inundaciones, en las que a menudo la Plaza San Marco queda tapada por el agua. Investigadores presumen hace un tiempo que el cambio climático podría empeorar el problema. El nivel del mar ya es unos 24 centímetros más alto que hace cien años y, en la actualidad, el agua sube un promedio de tres milímetros por año. Además, las columnas de madera sobre las que está basada la ciudad se van hundiendo lentamente. En los últimos años hubo cada vez más inundaciones. Mientras que en 1925 apenas se registraban siete al año, en los últimos años fueron más de 50. Para hoy, se anuncia que el agua alta descenderá hasta 90 centímetros.
Construida sobre tierra empantanada
Venecia está construida sobre miles de tablones y trozos de tierra empantanada, en un archipiélago que se extiende sobre una laguna pantanosa en el mar Adriático, en la desembocadura de los ríos Po y Piave. La ciudad se extiende sobre 118 islas y alrededor de 150 canales, cruzados por unos 400 puentes.
La marea representa para Venecia la "respiración" de la laguna, y es el modo mediante el cual el sistema comunica con el mar, a través del flujo y reflujo del agua que pasa por las bocas del puerto.
De los 540 kilómetros cuadrados de superficie lagunar, 418 están abiertos al avance de la marea del Alto Adriático, influida no sólo por la situación meteorológica sino también por la atracción de la gravitación combinada por el Sol y la Luna (marea astronómica). Dos flujos y dos reflujos de marea se alternan cotidianamente, cada seis horas, generando dos corrientes en sentido opuesto.
Cuando una situación meteorológica negativa, como una profunda baja presión, acompañada de vientos como el siroco, se suma a un notable componente astronómico, ocurre el fenómeno del agua alta. Esta comienza invadiendo los puntos más bajos de la ciudad, como la célebre Plaza San Marco, cuando supera los 80 centímetros sobre el nivel promedio del mar.
Fluyendo de la laguna al mar, el agua alta forma una onda, una oscilación natural, que tras evolucionar hasta la última orilla del Adriático, retorna y después de 22 horas, llega otra vez a la laguna, pero reducida en 25 por ciento.
En 2011 estará concluido el proyecto Moisés: se trata de un sistema de 78 compuertas basculantes que, en teoría, evitará la aparición de nuevas inundaciones.
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