Luego de que la Asamblea Ciudadana para la Preservación de las Sierras le apuntará a la UTE que conforman la constructora Coarco SA y la cantera Equimac SA, con participaciones en el cobro de peajes sobre la Ruta Nacional 226 y en tareas de repavimentación, se confirmaron más atenuantes del camino que sigue la piedra tandilense hacia obras públicas de otras ciudades de la Argentina.
Específicamente, una de las firmas ya tiene en sus manos la ampliación de varias escolleras costeras, una solución ambiental de municipios costeros ante la erosión marítima pero, al mismo tiempo, una profundización de las extracciones que se realizan en Tandil y la zona centro de la provincia de Buenos Aires.
En septiembre de 2006, según información a la que accedió El Eco de Tandil, el por entonces intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, adjudicó a la UTE, conformada por las empresas Gerónimo Rizzo SA y Coarco SA, la licitación pública para la ejecución de la obra “Defensa y recuperación de playa desde espigón N° 11 hasta las ‘T’ de Camet-Primera Etapa- escollerados N° 17, 15 y 13”. El presupuesto oficial fue de 14.869.948,20 pesos, pero la UTE señalada ganó el proceso licitatorio con una oferta de 16.767.267,69.
Según se indica en el Decreto 2171 firmado por Katz, que hoy ocupa una banca en Diputados por el Frente para la Victoria, “la única oferta válida es la que corresponde a la Empresa Jerónimo Rizzo SA-Coarco SA (UTE)”.
En el documento, se remarcó que “la Secretaría de Obras y Planeamiento fundamenta la adjudicación de la presente obra manifestando que desde hace años este sector viene padeciendo un serio y peligroso proceso erosivo que lo perjudica, de esta manera el pie del acantilado sufre el embate directo de las olas que erosionan la base del mismo, tomando socavones que provocan el desmoronamiento de la barranca, poniendo en riesgo la estabilidad de la Ruta Provincial 11, por lo que la demora en la ejecución de las obras podría traer consecuencias no deseadas, haciendo necesaria la urgente contratación de los trabajos”.
Las tareas se han demorado en su ejecución, la adjudicación fue extendida hace semanas y ha generado reacciones ambientales como las de Surfrider Argentina, que ha denunciado en repetidas oportunidades los perjuicios provocados a las costas mediante el uso de estructuras duras para el control de la erosión.
Consideran que lejos de resolver el problema, lo agravan interrumpiendo la deriva natural costera de arena, acelerando la pérdida de realimentación natural y limitando el proceso autolimpiante de las aguas por acción de las mareas.
Además, entienden que acrecientan la polución, poniendo en peligro la integridad física y la salud de los bañistas y de los usuarios de las playas, entre otras consecuencias, por la cantidad de ratas que viven en estas estructuras de roca partida y la dificultad que significa mantener limpias este tipo de playas.
Paralelamente, a principios de noviembre, en Mar del Plata ampliaron el plazo de obra por un año a las empresas que llevan adelante esas obras de defensa costera. La Secretaría de Obras de esa comuna resolvió extender el plazo de construcción llevada adelante por la mencionada UTE por 350 días más, haciendo lugar a los pedidos de la empresa “por días de lluvia y marejada” que impidieron llevar adelante la tarea.
Rocas al sur
La participación de Coarco en el desarrollo de obras de escolleras ya excede ámbitos bonaerenses, según la información a la que pudo acceder recientemente y de manera exclusiva esta Redacción.
En 2007, por ejemplo, presentó oferta en el llamado a licitación pública nacional para la ejecución de la dársena turístico deportiva Antonio Torrejón en cercanías de Punta Cuevas, zona de El Golfito, en Puerto Madryn.
En total hubo tres oferentes, las empresas Dragado y Obras Portuarias SA; Benito Roggio e Hijos SA y Coarco SA.
Con un presupuesto oficial de 47.941.856,08 pesos y un plazo de ejecución de 720 días corridos, el proyecto consiste en la ejecución de una obra de abrigo o escollera principal de 554,30 metros de extensión; conformada por rocas de diversos tamaños, cuyo objetivo es evitar el ingreso de oleaje del cuadrante noreste, con un volumen total de rocas de 186.922,81 metros cúbicos.
Y un espigón secundario, de aproximadamente 110 metros lineales de longitud para evitar el ingreso de sedimentos del sector norte y el oleaje difractado del mismo sector, ejecutado con cajones premoldeados de hormigón armado.
El antecedente en Necochea
A principios de este 2008, la presidenta Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli inauguraron la ampliación de la Escollera Sur de Necochea, obra pública que se llevó 700 mil toneladas de piedra de Tandil y la zona.
Se trasladaron desde canteras ubicadas en Napaleofú y esta ciudad, mientras que los tamaños de las piedras alcanzaron hasta las 8 toneladas para la remodelación y prolongación de la escollera sur del puerto de Quequén, emprendimiento que permite tener operativa a la estación portuaria casi todo el año y posibilitará el ingreso de buques de gran calado.
Las más de 700 mil toneladas de roca necesarias para la obra se trasladaron desde canteras ubicadas en Napaleofú y Tandil, distantes a 120 y 180 kilómetros respectivamente de esa localidad portuaria. *
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