En días con altas temperaturas, las quejas por la falta de agua o de la baja presión con la que llega a las viviendas son constantes, sobre todo en la zona norte de la ciudad, y se reclama por la mejora del servicio y por obras. Desde Aguas Rionegrinas (ARSA), aseguran que están dotando a los roquenses de más del doble de lo establecido a nivel mundial como necesario por persona y por día, y que las complicaciones en el suministro obedecen a un «uso excesivo del insumo».
El gerente de Explotación de ARSA, Juan Carlos Ricca, fue contundente al referirse a este tema. «Hay un altísimo consumo en toda la provincia, no sólo en Roca. Las obras necesarias están, pero no hay obra que alcance para atender el derroche».
A la hora de graficar este «consumo no racional», mencionó el excesivo uso del agua en el riego, el llenado de piletas, la limpieza de las veredas o en las calles de tierra o simplemente el «jugar con el agua».
«Obras suficientes»
«Las obras que tiene Roca para abastecer alcanzan a satisfacer el agua para consumo humano. Lo que ocurre es que en verano se destina a un uso recreativo en exceso, sobre todo en las zonas bajas. ¿A quién afecta esto? A los sectores más altos, o a los que no tienen tanque domiciliario. Por eso es necesario que la población tome conciencia sobre un consumo racional», aseguró Ricca.
En Roca, la distribución del agua potable se realiza a través de dos plantas: una principal, ubicada en Stefenelli, que lleva el insumo a toda la ciudad, y una secundaria que lo hace a la zona alta y parte de la baja. Además funcionan tres tanques de distribución y una cisterna. Un esquema diseñado en función de las características de la ciudad, con una zona alta a varios kilómetros de las plantas.
La planta principal y la secundaria generan en conjunto en verano 2.600 metros cúbicos por hora, es decir, 62.400.000 de litros por día. «En Roca tenemos 28.000 conexiones con un promedio de 3,8 personas por conexión, lo que da unos 106.400 usuarios», graficó.
Si se tiene en cuenta la cantidad de agua distribuida, las conexiones existentes y los usuarios estimados, la cuenta final es de 580 litros por habitante por día en promedio. «Los parámetros internacionales de la Organización Mundial de la Salud o de entidades que financian fondos para obras de saneamiento, establecen como óptimo 250 litros por habitante por día».
La conclusión a la que llegan desde la empresa es que en la ciudad se distribuye más del doble y aún así parece no alcanzar en verano. Es que en invierno o cuando llueve, el consumo es mucho menor.
Otras situaciones
Si bien se admitieron los casos de disminución o falta de suministro por obras puntuales o cortes de energía, en ARSA insisten que no falta agua porque falten obras. «Nadie invierte plata para el derroche, no se pueden hacer más obras para atender un consumo irracional», opinó el funcionario.
Una encuesta realizada tiempo atrás sobre los reclamos de los usuarios demostró que en un 73% el corte de servicio había sido provocado por terceros (vandalismo o roturas por obras de otros organismos), y sólo un 4% por falla de materiales, con lo que buscan demostrar que los cortes no obedecen a falta de infraestructura.
El aumento de la tarifa
ARSA está a la espera de la firma de un decreto del gobernador Miguel Saiz que establecerá un incremento de la tarifa. Una medida que, se cree, podría contribuir en una disminución del consumo, al menos durante un tiempo, como un efecto del «golpe al bolsillo».
Ricca explicó que el aumento será del 60%, y que se aplicará en dos tramos: un 30 en un bimestre y el restante 30 en el otro. «El impacto será a lo largo de cuatro meses», detalló.
Explicó que la tarifa está fija desde el 2005, pero que en todo este período hubo importantes suba de los costos.
El agua es uno de los insumos más económicos. Al ser un recurso humano básico no puede ser cortada inmediatamente ante la falta de pago, un aspecto que incide en los porcentajes de morosidad.
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