Si los ocho países que comparten la cuenca del río Zambezi en África austral quieren realmente alcanzar sus metas de desarrollo socioeconómico, deberán poner en práctica cuanto antes planes para administrar los recursos hídricos de forma efectiva, eficiente y sostenible.
Éste fue la conclusión del Cuarto Foro de Beneficiarios de la Cuenca del Zambezi, celebrado en esta ciudad, capital de Malawi, el 26 y el 27 de noviembre.
El encuentro, el primero de los cuales se celebró en 2005, tiene como objetivo analizar la administración de recursos de esa rica zona de África austral. El foro de este año estuvo dedicado a discutir la implementación de la Estrategia para una Administración Integrada de los Recursos Hídricos.
La estrategia fue creada para que los ocho estados que comparten la cuenca, Angola, Botswana, Malawi, Mozambique, Namibia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe, compartan los beneficios derivados del río de forma equitativa y sostenible.
La secretaria principal para Irrigación y Desarrollo del Agua de Malawi, Andrina Mchiela, alertó en el Foro que hay varias señales preocupantes en la región. Muchos ríos se secan antes de llegar a los lagos o a los mares, y los humedales están desapareciendo rápidamente. La funcionaria subrayó la importancia de implementar cuanto antes la estrategia.
El plan está destinado a atender cuatro necesidades concretas: la falta de una coordinación en el desarrollo hídrico, la mala administración ambiental de la zona, la falta de medidas de adaptación ante el cambio climática y la débil política de cooperación e integración regionales.
"Falta una cuidadosa administración de los recursos hídricos en la cuenca del río Zambezi", dijo Mchiela.
La funcionaria señaló que hay una creciente demanda de agua potable en la región, que actualmente usa 50 por ciento de todos los recursos.
"Según la actual tendencia, para 2025, estaremos usando 75 por ciento de toda el agua potable", pronosticó.
En todo el mundo, más de 1.000 millones de personas carecen de agua limpia, 2.000 millones no tienen saneamiento adecuado y 7.000 millones sufrirán escasez en 2015, según datos manejados por Mchiela.
"Necesitamos personas en la cuenca que se dediquen a encontrar soluciones a estos desafíos", dijo la funcionaria.
Otro problema es el impacto del cambio climático. Según Kenneth Msibi, experto en políticas y estrategias del agua de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC), la de Zambezi es la cuenca más afectada del mundo.
Se espera incluso que las ya frecuentes inundaciones y las intensas sequías aumenten en el futuro. Sólo en 2007, Botswana, Malawi, Mozambique, Namibia, Zambia y Zimbabwe sufrieron inundaciones que afectaron a más de medio millón de personas.
Msibi dijo que una gran parte de la población de la región vive por debajo de la línea de pobreza, y que la administración del agua tiene un papel clave en el desarrollo económico y social de los países.
"El desafío es usar el agua como un catalizador del desarrollo. Ahora necesitamos ver acciones concretas en la región para reducir la pobreza y alcanzar la prosperidad económica", dijo Msibi. El experto subrayó que la cuenca tiene potencial para abastecer de agua, alimentos y energías a toda la región, si es que se utiliza de forma efectiva. "Hay mucho potencial", aseguró.
La cuenca de Zambezi es hogar de más de 40 millones de personas, según el informe 2007 del Foro. Es rica en diversidad humana, social, política, económica y ecológica, y tiene potencial para la agricultura, la pesca, la silvicultura, la vida salvaje y la generación de energía hidroeléctrica.
David Harrison, asesor del internacional Global Freshwater Team, llamó a los países de la zona a aprender el ejemplo de la administración actual de la cuenca del río Yangtze, en China.
Harrison elogió las iniciativas chinas para controlar las inundaciones, así como la construcción y operación de represas de manera que no impacten en el río ni en su población acuática.
Al Foro asistieron delegados de oficinas gubernamentales sobre ambiente, agua, justicia, finanzas, pesca, silvicultura, agricultura y energía, así como representantes de organizaciones de la sociedad civil, líderes tradicionales, académicos, parlamentarios y empresarios.
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