Por lo que se conoce a través de estudios, nunca antes en 125.000 años el Polo Norte había quedado convertido en una isla, tal como se encuentra ahora, razón por la cual puede ser circunnavegado en todo su perímetro. Esto es consecuencia del deshielo, que viene avanzando a una velocidad vertiginosa, anticipándose mucho a los cálculos y estimaciones a las cuales habían llegado los científicos. Aunque, de todos modos, ocurra ahora o dentro de 50 años, se trata de una insignificancia en la magnitud de la historia, cuando se llega a comprobar que esto no había ocurrido nunca en 125.000 años.
El poder navegar alrededor de todo el contorno del Polo Norte quedó plenamente comprobado a través de imágenes satelitales que fueron incluIdas en la web del Instituto de Física Ambiental de la Universidad de Bremen, en Alemania.
En esos registros gráficos se puede ver bien claramente cómo el casquete polar se encuentra rodeado por el mar, sin ningún brazo helado que lo una a la plataforma continental. El paso del Noroeste se abrió en el pasado mes de agosto, y el del Noreste que unía al Polo con Siberia, se derritió un par de semanas después.
Aquí tenemos entonces una de las consecuencias más inmediatas e irrebatibles del recalentamiento que está experimentando sostenidamente el globo terráqueo, alterando todo lo conocido, y poniendo a la humanidad al borde de peligros aún desconocidos en su total magnitud.
Es que, por este recalentamiento de nuestro hábitat, irán desapareciendo los dos casquetes polares, lo cual provocará el aumento de nivel de los mares, constituyendo un enorme riesgo para las ciudades costeras, muchas de las cuales estarán frente a una potencial desaparición, ya que además, es probable que se produzcan con mayor asiduidad fenómenos relacionados con la indocilidad del mar y los océanos.
Volviendo a nuestros días, y dejando un poco estos funestos pronósticos que se abaten sobre la humanidad, además de haberse transformado el Polo Norte en una isla, no se descarta la posibilidad que pronto siga ese mismo destino la Antártida. Pero claro, es tan sistemático el daño, que aún cuando por primera vez el Polo Norte quedó desunido del continente por ambos pasos a la vez, no es en cambio la primera ocasión en que los mismos se cortan, habiendo recuperado después la conexión a través de la nueva formación de hielo. Ya en 2005 el paso hacia Rusia había quedado interrumpido, en tanto que en 2007 quedó totalmente sin hielo el paso desde el Pacífico al Atlántico.
Esta situación de deshielo del casquete polar Norte, aún significando tremenda amenaza sobre el hábitat humano, no parece ser tan tenida en cuenta por los países más poderosos, que en lugar de preocuparse por el daño que allí se está provocando, privilegian en cambio la carrera iniciada por apropiarse de los recursos del Artico, a los cuales ahora se podrá llegar habida cuenta del deshielo producido en toda esa gran región.
La causa principal del deshielo, queda dicho, es el recalentamiento global originado por el enorme nivel de destrucción de la capa de ozono que protege a la tierra de los rayos ultravioletas del sol, los cuales impactan ahora con todo su dañino efecto. La radiación solar, que no encuentra filtro a través del enorme agujero en la capa de ozono, es entonces la causa de este mal que va profundizándose con una gran velocidad. Hasta hace poco, se estimaba que los mayores daños en los dos casquetes polares se producirían dentro de medio siglo, pero ahora han comenzado a manifestarse en casi todo su efecto.
Aun siendo tanto el daño, las grandes potencias económicas mantienen el privilegio de sus intereses por sobre los del mundo en que vivimos, ya que la eliminación de los gases de efecto invernadero -que destrozan la capa de ozono- es un tema irresuelto, el cual va corriéndose hacia adelante. Sostenido por pomposas declaraciones en los foros y eventos internacionales, pero con escasas medidas en la práctica.
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