El canciller brasileño, Celso Amorim, afirmó ayer que la crisis diplomática entre Brasil y Ecuador, que denunció una deuda de 242 millones de dólares, limitará la integración en América del Sur y se mostró disgustado con la posibilidad de llevar el tema al Tribunal Internacional de La Haya.
“Eso nos limita y nos limitará. Creará una dificultad para la integración en América del Sur, no tanto para la integración política, pero desacelerará el proceso de integración física de América del Sur” , dijo Amorim.
El ministro explicó ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados el llamado a consultas de su Embajador en Quito.
La medida fue en respuesta a que el presidente ecuatoriano Rafael Correa denunció ante la Cámara de Comercio Internacional de París un préstamo del banco de fomento brasileño BNDES para la construcción de una central hidroeléctrica de la empresa Odebrecht, expulsada de Ecuador por incumplimiento de contrato.
Amorim concedió que “Ecuador puede hacer lo que quiera” al ser interpelado por un diputado sobre la posibilidad de acudir a La Haya para determinar la legalidad de su deuda externa total, como lo anunció el ministro ecuatoriano de Coordinación Política , Ricardo Patiño.
Correa dijo que lamenta que Brasil confunda un tema comercial con uno de Estado. Aún no se sabe si Ecuador pagará o no.
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