El jefe de Gabinete, Sergio Massa, puso ayer en funciones al nuevo secretario de Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni, que reemplazará a la desplazada Romina Picolotti. En contacto con la prensa, el flamante funcionario se refirió, aunque sin mencionarla, a la ex secretaria: "La Secretaría de Ambiente no puede ser una agencia de viaje de turismo, sino que debe mirar el país profundo y los conflictos sociales, y gestionar".
De este modo intentó diferenciarse de Picolotti, que fue acusada, entre otras cosas, de haber realizado grandes gastos para viajes y haber ejecutado el 40 por ciento del presupuesto de la cartera.
Cuando se le preguntó por la denuncia por malversación de fondos contra Picolotti, respondió: "La va a tener que evaluar la Justicia".
El abogado especialista en derecho ambiental señaló que los lineamientos ordenados por la presidenta Cristina Kirchner para su gestión son "mirar la deuda ambiental interna y sentar una posición ideológica en lo internacional". Bibiloni sabe a lo que se refiere, ya que fue subsecretario del área entre 2003 y 2006.
Destacó, además, que hay que "recuperar un nivel acelerado de gestión, como también la autoestima de la organización de la secretaría". Esta declaración también se dirigió a su antecesora, que había nombrado a personas de su confianza, ya que supuestamente recelaba de los técnicos que trabajan en la cartera.
Ante una pregunta, evitó dar precisiones sobre cómo encarará el caso de la papelera Botnia: "Tenemos que pensar en los temas ambientales de Gualeguaychú; el corte de ruta es otra cosa".
El nuevo secretario dijo que asistirá al Consejo Federal del Ambiente por la ley de bosques y agregó que se reunirá con los intendentes de la cuenca Matanza-Riachuelo. La ley de bosques fue uno los conflictos que derivaron en la salida de Picolotti, porque la reglamentación de esa norma dispone que debe conformarse un fondo de $ 1000 millones para compensar a las provincias que dejen de desmontar para proteger el ambiente. La reglamentación de la ley está en manos de Massa desde hace meses.
Sin embargo, el gran desafío de Bibiloni será el saneamiento del Riachuelo. Cualquier incumplimiento deberá pagarlo de su sueldo.
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