“La cachaza y la vinaza, que arrojaban las industrias tucumanas ya no van más a la cuenca. La cachaza representaba un 14% de los efluentes tóxicos, y ahora salen en camiones, no hay más descargas gravíticas. La vinaza, que es casi el 60% se descarga en lagunas de Tucumán hasta que las empresas terminen de incorporar la tecnología de tratamiento de efluentes, para la que ya están invirtiendo. La mayoría ha incorporado tecnología belga, francesa y chilena. Esto es una realidad, y se ha logrado gracias a los planes de producción limpia y a los estrictos controles que llevaron a multas y clausuras a los que no se adhirieron”. |
|
|