“Hay científicos que sostienen que Tucumán está variando desde el clima subtropical hacia el tropical y otros que dicen que va hacia un clima más seco y árido, que sería similar al de la zona chaqueña. Por supuesto que en todo esto hay una clara influencia del calentamiento global”. Así se expresó ante LA GACETA Norberto Primo, quien ofició de vocero de la entidad ecologista Pro-Eco.
“Si se continúa sacando árboles de la zona pedemontana sin ninguna planificación y se siguen extrayendo áridos de todos los ríos -hoy además no existe el bosque de ribera- estamos ante un futuro complicado para la vida del ser humano”, dijo. Sobre este punto, un informe de Pro Eco advierte: “desde hace más de diez años, y a pesar de la información ambiental existente, las prácticas no cambian: se desmontan lomas de pendientes importantes y no se respetan las fajas de ribera, tal como lo indica la legislación vigente. Esto resulta en pérdida de suelo por erosión y mayor aporte de sólidos a los cursos de agua, los cuales ya descienden, en las épocas estivales, en forma torrencial”.
“Cuando se reemplaza un ecosistema natural, en nuestro caso selvático, por uno agrícola, se reduce la cantidad de estratos vegetales que impiden que el agua impacte en forma directa en el suelo. Por ejemplo, en una finca de limón se reemplaza una estructura de cuatro paraguas vegetales (ecosistema natural) por otra de dos: la planta de limón y el pasto (agrícola)”, explicó el ambientalista. “Si después -continuó- se utiliza esa finca de limón para erigir countries o complejos de viviendas, queda una superficie casi exclusivamente de cemento, lo que impermiabiliza el suelo y obstruye la entrada de agua”. Primo señaló que si el calentamiento lleva a Tucumán hacia un clima tropical, la impermiabilización del suelo provocará fuertes inundaciones y otras catástrofes naturales.
Sobre este aspecto, Pro-Eco sostiene: “en la mayoría de los casos (como Lomas de Tafí), los nuevos emprendimientos provocan un impacto negativo sobre los bienes y servicios del resto de la población que nunca es tenido en cuenta a la hora de tomar las decisiones sobre el tema. De seguir esta práctica, la población será cada vez más vulnerable ante los efectos futuros del cambio climático. Urge pensar intersectorialmente cómo abordar las demandas sociales de corto, mediano y largo plazo respecto de los espacios para habitar, teniendo en cuenta más la calidad que la cantidad de esos espacios. El crecimiento urbanístico se dará de todas maneras; el desafío está en planearlo y regularlo para que se sustente en el tiempo. Lo que ocurre hoy no nos indica nada de esto”.
Finalmente, Primo se refirió a la contaminación industrial. “Si las fábricas establecidas en nuestra provincia siguen emitiendo gases efecto invernadero (gei) contribuirán a acrecentar la velocidad del calentamiento. Esto se agrava, fundamentalmente en el Gran San Miguel de Tucumán, por el gran incremento de la emisión de gases debido al aumento del parque automotor. También el uso de productos químicos en los cultivos lanza gases al medio ambiente”, expresó.
El ambientalista exhortó al Gobierno a lanzar un fuerte e intensivo plan de educación ambiental; a castigar a las industrias que no cumplan con las disposiciones y a buscar alternativas de energía renovables.
Derrumbes en Potrero de las Tablas
“En la zona de Potrero de las Tablas se cortan árboles sin medir las consecuencias. Así, cuando llueve y hay derrumbes, como en esta época y a lo largo del verano, el río Potrero aumenta mucho su caudal y cambia de cauce. Esto provoca daños en las propiedades y se pierden ganado y cultivos”, contó a LA?GACETA, Claudio Armando Monachesi, encargado de administrar un campo en esa zona.
“En otro lugar, conocido como La Ollada, camino a Chaquivil, “hay un río torrentoso que es afluente del Potrero y que cuando crece también cambia de cauce y arrasa con todo”, agregó el joven ingeniero agrónomo, que aún no pierde las esperanzas de que se construya el tan anunciado y vapuleado dique Potrero de Las Tablas.
Monachesi, que diariamente atraviesa el camino que pasa por la escuela de esa localidad, indicó que “si mal no recuerdo el proyecto de construcción del dique es un viejo anhelo de agricultores y ganaderos de la zona, que lleva un peregrinar de más de 60 años. Incluso creo que ya se había licitado en la década del 70, pero después quedó en la nada”, subrayó.
“Aun más -recalcó- si no me informaron mal, la firma que había ganado el concurso hasta percibió una indemnización. El año pasado decían que ya se licitaba. Pero aún no se concretó”.
Energías alternativas y renovables
“La Argentina es un país importante al que miramos con gran interés”, Corrado Giacomini subrayó, director de la firma italiana, Giacomini a una delegación de funcionarios de diez provincias argentinas que viajaron a la región del Lago D’Orta, al norte de ese país, considerado como un polo mundial en desarrollo tecnológico de energías renovables. La empresa italiana lleva adelante una serie de proyectos conjuntos en etapa experimental con los gobiernos de Tucumán, San Juan, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, La Rioja, Salta, San Luís, Santa Fe y Neuquén sobre el desarrollo de generación de energía alternativa, especialmente de tecnologías ligadas al aprovechamiento de la geotermia y la energía solar.
El cambio climático se evidenció en las lluvias y en las heladas
Punto de vista.
Por César?M. Lamelas - Ingeniero Sección Agrometereología?de la Estación Experimental Obispo Colombres
El cambio climático requiere especial atención de la comunidad científica, de los grupos políticos con capacidad de decisión y de la sociedad. Si bien existe un acuerdo general al respecto, hay varios enfoques sobre el problema (causas, impacto y mitigación) y, como consecuencia, se ha generado un abanico de modelos para describir escenarios futuros.
No se puede conocer a ciencia cierta cómo será el clima en nuestra región a largo plazo; las evidencias actuales nos indican que las condiciones agroecológicas se modificaron marcadamente. Si a eso le agregamos los problemas de contaminación de cursos de agua y de suelos; la alteración de la cubierta vegetal natural, y el aumento poblacional con creciente demanda de recursos, estamos ante una situación muy compleja. La Sección Agrometeorología de la Estación Experimental hizo estudios sobre el efecto del incremento de las precipitaciones. Esto mejoró la aptitud agroecológica de la provincia para el cultivo de soja.
Hubo un aumento del área apta para el cultivo debido a una mayor duración del período hídrico y una disminución de las deficiencias hídricas, lo que puede considerarse positivo. Sin embargo, esto trajo aparejado un mayor riesgo de erosión hídrica y una consecuente pérdida de potencial productivo a futuro. Esta idea se vio apoyada por un estudio sobre la agresividad pluvial, que es un modo de referirse al riesgo de erosión hídrica, realizado con información de lluvias en más de 100 localidades de la provincia. Se demostró que el riesgo de erosión es alto en la mayor parte de las áreas productivas, especialmente en la zona pedemontana, y que los índices de agresividad pluvial se incrementaron a través del tiempo. Una evidencia concreta de este proceso son las inundaciones que afectan a la provincia, produciendo pérdidas económicas en cultivos, daños en infraestructura y viviendas y hasta pérdida de vidas humanas.
El cambio climático no sólo se evidenció en las lluvias sino también en el régimen de heladas. En un trabajo reciente de la EEAOC, con datos de dos localidades del departamento Burruyacu, se demostró que en la última década hubo un atraso de la fecha de ocurrencia de las primeras y de las últimas heladas y un aumento de la frecuencia de heladas (en setiembre). El atraso de las primeras heladas puede considerarse positivo en la etapa de finalización del ciclo para los cultivos de verano y la maduración de la caña de azúcar. Pero lo preocupante, por el impacto económico, es el atraso de las últimas heladas que puede afectar al trigo en espigazón, al citrus y al arándano en floración y fructificación, a cultivos hortícolas y al tabaco, entre otros.
|
|
|