A pesar de que la microalga que detonó la emergencia ambiental comienza a desaparecer y el paisaje en Rapel lentamente empieza a recuperar su estado natural, los vecinos del lago siguen en guerra.
Este viernes el Juzgado de Garantía de Peumo, en la comuna de Las Cabras, acogió una querella contra todos quienes resulten responsables de la emergencia ambiental que todavía afecta al lago.
"La gente está esperanzada de abrir pronto la temporada de verano. El lago tiene una evidente mejora, pero ya perdieron mucha plata y alguien tendrá que pagar por esto. El daño ya está hecho", dijo Eric Woywood, presidente de la cámara de turismo de Rapel.
Poco a poco el lago ha empezado a recuperar sus colores y a ver cómo la micro alga -Cianobacteria Macrocystis- se retira. Endesa vació una parte y volvió a llenarlo con agua limpia, oxigenando el estanque, y además, según Woywood después que se dio a conocer la situación desaparecieron unas mangueras, al parecer, provenientes de una de las plantas de Agrosuper cercanas al lago, lo que también ayudó a la recuperación del tranque.
"Todo indica que hay coliformes fecales, lo que hizo favorecer el desarrollo explosivo del alga", explicó Woywood. Este martes presentarán pruebas concretas de los lugares donde se vertían los coliformes de cerdo.
Hace unas semanas, Agrosuper envió un comunicado negando su responsabilidad y atribuyendo la culpa a contaminación proveniente de los ríos Cachapoal y Tinguiririca por desechos de alcantarillados.
Sin embargo, la intendencia regional indicó que precisamente estos dos afluentes del lago estaban siendo monitoreados. Además, un estudio de Codelco descubrió que los elementos minerales en el agua correspondían a "derivados de la agroindustria" y no de la minería.
Más allá de encontrar o no a los culpables y obligarlos a indemnizar a los afectados, la imagen de Rapel ya se debilitó. Las reservas a los campings no aumentan y el verano, cada vez más cerca, no se ve muy alentador, comentaron vecinos del lugar.
"Lo cierto es que el lago va a necesitar otro tipo de intervenciones para recuperarse por completo", dijo el empresario turístico. Ya se acordó que en marzo próximo, se licitará un estudio completo con recursos de la intendencia, que incluirá un monitoreo permanente del lago, como también de sus afluentes -los ríos Tinguiririca, Cachapoal y estero de Alhué- y en la desembocadura. "Vamos a estar vigilantes para que esto no vuelva a suceder nunca más", expresó Woywood.
Hasta el momento la Capitanía de Puerto de Rapel, quienes fueron alertados de la presencia del alga y de una posible contaminación del lago, sigue realizando patrullajes marítimos y terrestres y mantiene la prohibición de baño o cualquier otra actividad náutica hasta nuevo aviso.
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