El canciller brasileño Celso Amorim evaluó ayer que la eliminación de la deuda de Itaipú y la libre disponibilidad de la parte paraguaya de la energía generada por la hidroeléctrica “son dos propuestas muy irrealistas”, y dijo que su Gobierno no analiza la eliminación de la deuda de la binacional. Adujo sin embargo que el Brasil “tiene interés en contribuir al desarrollo en Paraguay”.
Las declaraciones fueron emitidas por el Canciller ante la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados brasileña, ante un artículo del periódico O Globo de ese país, que hizo pública una propuesta del Paraguay para eliminar la deuda de Itaipú transfiriéndola a los Gobiernos de ambos países en proporción a la cantidad de energía de la binacional que cada uno consume.
La propuesta paraguaya a la que accedió el medio brasileño en su versión resumida de 7 páginas, denominada “Solución Todos Ganan”, fue elaborada por el ingeniero Ricardo Canese, miembro del equipo paraguayo de negociaciones.
Celso Amorim dijo ante los legisladores de su país que no tuvo “tiempo de verificar si esa propuesta fue presentada realmente de una manera formal”. O Globo citó a una fuente gubernamental que asegura que “las chances de prosperar de esta propuesta es cero”.
La propuesta paraguaya, según el periódico brasileño, busca que el Brasil, consumidor del 97% de la energía generada por la hidroeléctrica, asuma el mismo porcentaje de la deuda de la Itaipú, 19.000 millones de dólares, mientras que el Paraguay quedaría debiendo 600.000 US$.
Amorim aseguró a los legisladores que la eliminación de la deuda fue “una demanda con la que nunca estuvimos de acuerdo y que nunca apoyamos”.
La reacción escrita de la totalidad de los lectores de la versión on-line del artículo, titulado “Paraguay quiere empujar hacia el Brasil US$ 19 billones”, y lleva como volanta “timo”, se condice con la óptica de los redactores de la nota, y sugieren que si Brasil acepta eso, se quede con el 97% de lo producido por la hidroeléctrica.
Además, el Canciller brasileño reafirmó la postura de su Gobierno de que no se modificará el tratado de constitución de Itaipú, y que se buscará amoldar los pedidos del Paraguay a lo ya establecido por el acuerdo firmado entre ambos países en 1973.
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