Este año, el desarrollo de la agenda de 13 puntos acordada entre los gobiernos de Bolivia y Chile tuvo una particularidad: acercó a las dos naciones en ámbitos como el comercial, el académico y hasta el militar, pero dejó congelado, como tantas otras veces, el acceso soberano al mar.
Dos tópicos han caracterizado este año las negociaciones entre Bolivia y Chile en lo que se refiere al tema marítimo: por un lado, la reserva y a momentos hermetismo con los que se desarrollaron los encuentros —oficiales y no oficiales— y, por otro, la búsqueda de alternativas de tránsito libre hacia el Pacífico, tanto por?Mejillones e?Iquique como por Arica, aunque dejando congelada, un vez más, la posibilidad de un acceso soberano de parte de Bolivia al mar.
A contramano se ha trabajado en una larga lista de encuentros en los ámbitos de complementación económica, comercial, académica e incluso militar, algo pocas veces visto en la historia de ambos países y que puede enmarcarse en lo que el gobierno nacional llama las “buenas señales” de un proceso de apertura en un ambiente de “confianza mutua”.
El camino oficial trazado para este tipo de acercamientos ha sido y lo seguirá siendo una agenda de 13 puntos acordada en julio del 2006, en la que está incluido el tema marítimo, lo que por ende la convierte, como repite el canciller David Choquehuanca, en una “agenda sin exclusiones”, y donde tampoco está desestimada la venta de termoelectricidad o de gas, como esta autoridad ha aludido.
En lo que se refiere a la reserva de las negociaciones, en particular en el tema marítimo, la prensa de ambos países ha hallado maneras de quebrar el hermetismo de las conversaciones y fruto de ello es la comprobación de que, por lo menos para las autoridades nacionales, queda claro que el acceso soberano al mar no se consolidará sin una fórmula intermedia. Y?este año se ha especulado sobre varias fórmulas, entre ellas: la supremacía territorial, la soberanía funcional, un corredor trinacional, otro terrestre binacional o un enclave soberano.
CLAVES DEL MAR
DIFERENCIAS • Debido al diferendo marítimo, Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas desde 1978. Desde entonces, la máxima instancia de representación son los consulados.
AVANCES • Ambos países acordaron el 2006 inaugurar un diálogo “sin exclusiones”. El 2007 trabajaron en una agenda “sin imposiciones”. Este año se buscaron alternativas de tránsito libre.
AGENDA 1 • Estos son algunos de los puntos de la agenda: desarrollo de la confianza mutua; integración fronteriza; libre tránsito; integración física; complementación económica; Silala....
AGENDA 2 • El tema marítimo; lucha contra la pobreza; seguridad y defensa; cooperación para control del tráfico de drogas y precursores; educación, ciencia y tecnología; culturas y otros.
HISTORIA • Una investigación este año de un grupo de historiadores chilenos sobre el tratado de 1904 demostró que Chile no siempre aceptó que “los derechos nacen de la victoria”.
COMERCIO • La Cancillería no descarta nada en las negociaciones con Chile, lo que incluye una posible venta de termoelectricidad o gas, aunque este tema no está en la agenda.
REFERÉNDUM • El 2005, Bolivia aprobó mediante una consulta que el gas natural será un elemento de negociación con Chile, lo que fue rechazado por el gobierno trasandino.
POSICIÓN • Este año el ex secretario chileno de la Comisión de Energía, Sebastián Bernstein, dijo que su país “necesita gas, por lo que toda oferta será bien pagada, si reemplaza al petróleo”.
OPCIÓN • El ex superintendente de Hidrocarburos Carlos Miranda recordó que “Bolivia no es la única opción para Chile, también está Perú, aunque hay de por medio un precio político”.
DISCURSO • “Perú no será un obstáculo para zanjar la mediterraneidad”, fueron las palabras del embajador del Perú, Fernando Rojas, en una entrevista con este medio el 23 de marzo.
SILALA 1 • En la última reunión en noviembre de Consultas Políticas a nivel de viceministros de Relaciones Exteriores, en Santiago, se determinó realizar nuevos estudios sobre el Silala.
SILALA 2 • El programa se realizará durante cuatro ciclos hidrológicos para alcanzar, dentro de unos cinco años, una solución definitiva del diferendo que comenzó en 1997.
Frase
“Durante este tiempo... sentamos una base importante, que es la confianza de pueblo a pueblo, con el hermano vecino”.
Presidente Evo Morales durante su discurso en el acto del 23 de marzo en la plaza Abaroa de la ciudad de La Paz.
[Domingo 23 de marzo de 2008]
Protagonistas
La apuesta por la “confianza mutua”
Evo Morales, presidente de Bolivia.
Una actitud que ha conducido el comportamiento del presidente Evo Morales respecto a las relaciones con Chile este año ha sido la cautela, que por otro lado ha sabido contagiarla a su equipo diplomático negociador, luego de que éste pasara por dos impasses en años anteriores aparentemente por faltar a esta línea de conducta, y que supuestamente derivó en la salida de dos ex autoridades. “Confianza mutua” es una de las frases que ha repetido insistentemente Morales como una fórmula a la que su gobierno apuesta para llegar a un acuerdo marítimo definitivo.
La aliada de Morales en el ámbito internacional
Michelle Bachelet, presidenta de Chile.
La todavía fresca participación de Michelle Bachelet como presidenta Pro Témpore de Unasur —bloque que dio un fuerte espaldarazo al gobierno de Evo Morales al reconocer su legitimidad en el reciente conflicto político interno con los prefectos opositores—, cierra un año en el que la Presidenta de Chile se ha convertido en una importante aliada a nivel internacional de Bolivia. A pesar de ello, ha logrado capear hábilmente los cuestionamientos sobre si tantas señales derivarán finalmente en un negociación que consolide el pedido histórico de su vecino de retorno al mar.
INVITADO
“La agenda de 13 puntos es la más sustanciosa de la historia”
Armando Loaiza,
diplomático y ex canciller de la República.
La política internacional entre Bolivia y Chile, centrada en la idea de edificar una sólida muralla de confianzas mutuas —tal vez para superar décadas de desencuentros— podría ayudar a disipar el fuerte tono crítico que la acción internacional del presidente Morales ha merecido de parte de segmentos políticos opositores y analistas de política externa que cuestionan la marca errática e inútilmente confrontacional de aquélla, que ha conllevado una suerte de aislacionismo económico internacional del país —sin excluir la tristemente fallida política energética o gasífera boliviana en América del Sur— y la ríspida disputa entre La Paz y Washington.
La consolidación de una amplia y ambiciosa agenda bilateral boliviano-chilena de 13 puntos ha supuesto un señalado éxito. Ella es la mayor y más sustanciosa de la historia diplomática contemporánea entre ambos Estados, y en la que el tema marítimo ocupa un lugar fundamental. Así, Bolivia ve plasmado su centenario y principalísimo objetivo internacional.
Los expertos destacan la amplia mejoría del principio del libre tránsito a favor de Bolivia en los puertos chilenos de Arica, Antofagasta y próximamente Iquique-Mejillones, al igual que la agresiva política comercial de complementación con apertura inmediata e incondicional del mercado chileno. Está, por otro lado, la rehabilitación de la ferrovía histórica Arica-La Paz y un arreglo satisfactorio para el aprovechamiento —mediante compensación económica— de los manantiales del Silala, que constituyen logros apreciables, pero que no sustituyen a una genuina negociación marítima —como las de 1950, 1974-77 y 1986— que dé a Bolivia una salida útil y soberana al Pacífico. |
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