Roma continúa en estado de alerta ante el posible desbordamiento del río Tíber, que atraviesa el centro de la capital italiana, debido a las fuertes lluvias que han caído en los últimos días, y algunos edificios han sido ya evacuados ante esta posibilidad. El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, ha explicado que la mayor crecida del agua llegará en las próximas horas, pero ha tranquilizado a los ciudadanos al asegurar que no se temen desbordamientos en el centro de la ciudad.
Por su parte, el jefe del cuerpo de bomberos de la capital, Antonio Gambardella, ha explicado que "el peligro parece haber pasado" pero que están "preocupados ante la nueva perturbación atmosférica que llegará el domingo y que durará hasta el martes".
Alemanno ha instado a los ciudadanos a no usar el automóvil si no es estrictamente necesario y a permanecer en sus hogares, sobre todo mañana, cuando se prevé que seguirá lloviendo en la capital. Asimismo, el alcalde recomendó no acercarse demasiado a las proximidades del Tíber, después de que romanos y turistas se hayan detenido hoy en los márgenes del río y en los puentes para observar la espectacular crecida.
Dos de los arcos del puente de Sant'Angelo se encuentran parcialmente obstruidos por dos barcazas de las que se utilizan para las excursiones turísticas por el río y que, debido a la crecida fueron arrastradas por la corriente.
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