Alberto Cholewa dice tener una larga experiencia como ingeniero mecánico y empresario. Hace 17 años formó con otros cuatro socios la empresa Makhena que, con sucursales en Buenos Aires y Miami, se dedica a rubros de lo más diversos: desde la exportación de aceite de oliva, ajo, carbón y agua mineral envasada en origen (en Mendoza), hasta el asesoramiento para grandes obras como plantas potabilizadoras y puentes. Hace cuatro años se propuso reflotar un negocio en el que había incursionado hace dos décadas: la exportación de agua a granel. Recién regresado de Europa, en su oficina de San Telmo argumentó ante Clarín que su trabajo es más transparente que el agua y acusó de ignorantes a quienes lo atacan.
-¿Cómo era el negocio en los 80?
-Aprovechábamos los barcos que traían petróleo de Venezuela y, al regresar, los mandábamos con agua que se tomaba en el río, a la altura de La Plata, para las islas del Caribe. Parte era para consumo y el resto para riego. Pero en el 87 se dejó de importar petróleo, dejaron de venir los barcos y se acabó.
-Hasta ahora, que reapareció la demanda.
-Sí, tenemos interesados en Israel, España, Argelia, Tanzania y las islas del Caribe. Pero por ahora no hemos podido concretar ninguna operación porque los costos del flete son muy altos.
-¿Cómo es la ecuación del negocio?
-Utilizaríamos los buques Panamax que ya no se usan para transportar petróleo. Un barco puede cargar 70 millones de litros de agua. Esa cantidad, cruda, sin procesar, podría venderse a unos 70 mil dólares, incluyendo el 18 por ciento entre aranceles y el canon que se llevaba Recursos Hídricos de la Nación en los 80. Podrían quedarnos unos 55 mil dólares limpios de ganancia. Pero claro, el transporte en barco cuesta cerca de dos millones de dólares.
-Entonces, ¿cómo piensa hacer para concretar el negocio?
-Con un flujo constante de barcos, podríamos bajar el costo del flete. Si logramos tener cuatro barcos por semana yendo y viniendo, los números cierran.
-Se sostiene que el agua es un recurso estratégico y que no debería permitirse su exportación.
-Puedo entender que se prohíba la extracción de agua de las napas. Pero acá hablamos de agua del Río de la Plata. No perjudica a nadie. Al contrario, le deja divisas al país.
-¿Y por qué cree que lo insultaron tanto en su página de Internet?
-Muchos políticos, por ignorancia, o porque buscan el sensacionalismo, distorsionan todo. Y algunos terminan creyendo que nosotros nos estamos robando el agua del río y que en cada viaje ganamos dos millones de dólares. Todo un gran invento.
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