El "Plan Argentino de Obras Públicas", que será anunciado por la presidenta Cristina Kirchner antes de viajar a Brasil, se sumará a la batería de medidas y programas sectoriales que se dieron a conocer en los últimos días con el fin de mantener las fuentes de trabajo e incentivar el consumo interno.
Diseñado de apuro para enfrentar el impacto recesivo que la crisis económica mundial descargó sobre el país, el nuevo plan comprende proyectos de distintas áreas que en algunos casos ya habían sido anunciados a lo largo de 2008. Si bien la mayoría de las obras están pensadas para alcanzar los picos de empleos entre 2009 y 2010, varios proyectos demandarán entre 4 y 5 años de trabajos.
Según los datos obtenidos por Clarín, aproximadamente el 60% de los $ 71.000 millones en juego corresponderán a proyectos de infraestructura vial (autopistas, rutas y puentes) y obras de "mejoramiento del hábitat social" (escuelas, hospitales, calles y redes sanitarias).
En tanto, el 40% restante de las obras se destinarán a mejorar y ampliar los sectores de energía eléctrica, gas natural y el transporte público de pasajeros.
Para sostener el megaplan, la administración kirchnerista apelará a diversas fuentes de financiación.
La más importante provendrá de los recursos de las AFJP que fueron a parar a la ANSeS y que el Gobierno ya anticipó que usará para "apalancar" la puesta en marcha de los proyectos que se hayan quedado sin financiamiento privado.
A esos fondos se sumarán las partidas previstas en el Presupuesto 2009 para el ministerio de Planificación y los cargos específicos que alimentarán los fondos fiduciarios que se crearon para obras energéticas y de transporte.
Por último, para determinados proyectos de infraestructura y obras de inmediata generación de empleos, el Gobierno apelará al régimen de iniciativa privada con cobro de peajes y a la obtención de créditos de organismos internacionales.
El megaplan --que tendrá como principal ejecutor al ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido-- se armó sobre la base de dos premisas salientes: iniciar cuanto antes las obras que se encuentran demoradas y segmentar las licitaciones de los nuevos emprendimientos para abrir el juego a las pequeñas y medianas constructoras que operan en el interior del país. En el caso de las viviendas, se dejarán de lado las licitaciones de 1.000 y 1.500 unidades y se adjudicarán en paquetes que irán de 150 a 300 casas.
Entre otras obras previstas para el sector vial se encuentran: la remodelación de la General Paz, las ampliaciones de las autopistas Bs. As.-La Plata y Campana-Rosario, el refuerzo del puente Zárate-Brazo Largo y casi 300 obras de mantenimiento y seguridad repartidas entre todas las provincias.
Por el lado ferroviario figuran el soterramiento de la línea Sarmiento, las electrificaciones del Roca y San Martín y la rehabilitación del Belgrano Cargas.
Y en materia energética, sobresalen la primera etapa del gasoducto del NEA, las centrales hidroeléctricas santacruceñas La Barrancosa y Condor Cliff y terminación de Yacyretá y Atucha II.
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