Pesados aguaceros, desmesurados incluso para la temporada de lluvias, tienen a los guyaneses en alerta después que las autoridades previnieron que podrían repetirse los desbordamientos de dos años atrás.
Un leve respiro el viernes pasado permitió completar trabajos de drenaje que disminuyeron la posibilidad de inundaciones, pero los pronósticos aconsejan adoptar precauciones.
Las regiones más afectadas por las precipitaciones son las de la costa oriental y la ribera occidental del río Demerara, donde se han reportado entre 50 y 75 milímetros de lluvia y con la perspectiva de más aguaceros.
La otra gran inquietud es el surgimiento de enfermedades infecto contagiosas, en especial la leptospirosis, que puede ser fatal, sobre todo para niños y ancianos.
El presidente en funciones, Samuel Hinds, dijo a los residentes en esas zonas que deben adoptar las mayores precauciones, después de reunirse con el comité técnico que vigila el curso de los acontecimientos.
El ministro de Tranporte, Robeson Benn, dijo que el gobierno está ayudando a las zonas más damnificadas, pero recomendó a los habitantes que protejan sus propiedades y a sus familias con sus propios medios.
Abundó que el gobierno concentró todas sus fuerzas en mejorar los drenajes y en aliviar las acumulaciones de agua, pero reiteró las advertencias del mandatario en el sentido de que las precipitaciones van a continuar.
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