La estrategia de seducción electoral para el año que viene está centrada en la obra pública.
Por eso el Gobierno provincial ha asegurado recursos para tres grandes obras mientras espera repartir fondos entre centenares de miniemprendimientos departamentales para bajar la inquietud de los intendentes que tienen que medir fuerzas en las legislativas de año que viene.
La apuesta está centrada en asignar fondos para el Ferrotranvía Urbano (FTU) , un proyecto que nació en el gobierno de Julio Cobos, para el que hay afectados $40 millones; continuar el edificio del Palacio Judicial de San Martín, para el que hay poco más $20 millones, y terminar el megaproyecto del Canal Marginal del Atuel, para que el hay $62 millones.
De estos $122 millones la obra para San Martín y la del Marginal están incluidas en los recursos provinciales, que totalizan $511millones, poco menos del 10% del presupuesto total de la provincia, de $7.664 millones.
Pero los $40 millones del FTU están afectados en una cuenta especial por la ley 7.586.
El resto de obras que presentará el ministro de Infraestructura, Francisco Pérez, el miércoles por la tarde en la Legislatura está en un detalle de centenares de obras chicas, repartidas en todos los municipios.
La visita a la Casa de las Leyes se pospuso –inicialmente estaba prevista para mañana– porque el ministro acompaña hoy al gobernador Celso Jaque a Buenos Aires para participar en el anuncio de la presidenta Cristina Kirchner, quien destinará $71.000 millones para obras públicas. De esa inmensa torta Jaque y Pérez esperan traer una parte para grandes construcciones para Mendoza, pero hasta ahora no están incluidas en la pauta presupuestaria que fue enviada a la Legislatura.
El listado de estas obras es el producto de los pedidos pasados por los intendentes que han presionado para conseguir un lugar en la lista y un monto de presupuesto afectado para poder respirar tranquilos en el año electoral. De todas maneras, no todos lo consiguieron, porque hay una parte de las obras que, aunque están en el listado, el casillero donde debería estar escrito el monto asignado está en blanco.
“Lo que sucede es que el presupuesto inicial que pasamos a Hacienda era de $750 millones pero con el recorte que hicieron se restaron $239 millones, por eso muchas obras no tienen presupuesto. Pero eso no significa que se archiven. Puede haber reasignación de partidas o puede haber mayor recaudación. Por ley la mayor recaudación de las regalías eléctricas se debe destinar a obra pública”, explicó Pérez.
En realidad, el juego de cambiar partidas y privilegiar algunas obras en detrimento de otras o directamente eliminarla de la lista de promesas es lo que la oposición legislativa anticipa para este año. Todo el arco político opositor presagia que la necesidad de mantener un presupuesto acotado por las necesidades imprevistas que puedan derivar de la crisis obliguen al Gobierno a echar mano a los recursos destinados a obra pública.
Para la oposición el plan de trabajos públicos es “virtual” y “demasiado optimista”.
Críticas de la oposición
La oposición se mantiene incrédula frente al detalle de obra. Para Alberto Sánchez, del PD, la pauta de trabajos públicos “es sólo un ejercicio de probabilidades. El Gobierno ha destinado $511 millones para obras públicas, pero el año que viene habrá problemas para pagar los sueldos, con lo cual si hay necesidades lo primero que se va resignar son las obras. El presupuesto es un poco virtual ”.
Roberto Blanco, de la Concertación Plural, expresó: “Espero que el listado de obras se acerque lo más posible a la realidad. En general se ponen las obras que piden los intendentes, pero al final del año nunca coincide lo ejecutado con lo presupuestado”.
Para los referentes de CONFE, la agrupación de los cobistas, antes de hablar del año que viene el ministro Francisco Pérez tendría que explicar las razones del bajo ritmo de obras que hubo este año.
“ Lo más importante es preguntar en qué gastaron la plata en el 2008 –planteó el diputado Alexandre Maza–, lo que han invertido hasta ahora no supera los $200 millones, cuando se presupuestaron $641 millones. El ritmo de inversión ha sido muy bajo. Ahora a fin de año se hacen llamados a licitación para incluirlas en este presupuesto, pero en realidad es poco lo que se ejecutó. Además, en el listado aparecen obras que ya están terminadas y que sólo resta asignarles un saldito de obra, como por ejemplo la escuela Molina de Junín”.
Y para alimentar el enfrentamiento creciente entre el gobierno de Jaque y la gente de Cobos, Maza terminó: “ Para que Jaque haga las obras que hizo Cobos necesita 12 o 14 años”.
Para la diputada radical Liliana Vietti el presupuesto está muy “al tope. Hay una visión muy optimista de los ingresos. Pero en un contexto incierto como el que vamos a vivir durante el año que viene las previsiones están muy en el límite; es lo contrario a lo que hicieron el año pasado, subestimaron ingresos para armar un presupuesto deficitario. Aún no hemos analizado con exactitud la pauta del Ministerio de Infraestructura pero lo que hemos podido ver hasta ahora es una baja importante en las inversiones de capital (obras) en casi todos los ministerios, por eso esperamos que esa baja se compense con la inversión del Ministerio de Infraestructura”.
El jefe de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús, contrarrestó el pesimismo de la oposición y estimó que del total del presupuesto, poco más de la mitad, unos $3.500 millones, son para gastos de personal y locaciones de servicio (contratos), por lo tanto del resto del presupuesto hay margen suficiente para invertir en obras públicas.
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