La presidenta del Centro Vecinal de Palmar y Villa Claudina, Edith Módica, relató que luego de una larga lucha de los vecinos se había logrado que la obra ingrese en el presupuesto para 2008. Sin embargo, los problemas financieros de la Municipalidad impidieron que los trabajos se concreten.
"A fines del año pasado, la obra no estaba en el presupuesto pero nos presentamos en la audiencia pública y logramos que se otorgue. Entendemos los problemas financieros de la Municipalidad, pero el riesgo de nuestra salud también es importante", señaló.
Por ello, los vecinos expresaron sus temores ante la posibilidad de que la falta de cloacas comience a ocasionar problemas sanitarios a los pobladores de la zona. "Estamos a seis metros de la arena y cerca del río, con el peligro de que se contamine la napa", agregó Módica.
A pesar de haber esperado tantos años por el avance de las obras, los frentistas reconocen que comparten el problema con diferentes barrios de la ciudad. "Sabemos que lo mismo pasa en muchos puntos de la ciudad. Pero tenemos entendido que la realización de la obra aquí es más barata que en otros barrios", aseguró Módica.
Por su parte, el director del Centro de Participación Comunal (CPC) Pueyrredón, Juan Puccheta, indicó que "la obra de cloacas debería estar saliendo para el 2009". Sin embargo, el funcionario advirtió que todo depende del avance en las tareas de ampliación de la planta de Bajo Grande.
Tránsito complicado. Barrio Palmar está ubicado en el extremo este de la ciudad, en una zona de grandes fábricas y de permanente circulación de tránsito pesado. Por esa razón, en muchas de las calles más importantes de entrada y salida al barrio comenzaron a aflorar baches y pozos.
Tal es el caso de la Bajada de Palmar, de Urien y de Piero Astori, tres arterias fundamentales para el acceso al barrio. "Las calles que dan a la ruta 19 y por las que salimos al centro están siempre llenas de pozos", puntualizó Susana Maldonado.
Uno de los puntos más conflictivos para el tránsito del barrio es el paso a nivel de Calle Urien donde convergen las avenidas Bulnes y Malvinas Argentinas, las vías del tren, la ciclovía y la colectora. Además, es una de las pocas salidas del barrio, forma parte del recorrido del colectivo y del transporte interurbano y es un sitio obligado para el tránsito de camiones.
Los vecinos exigieron una mejor organización del tránsito en ese cruce, ya sea con la instalación de semáforos o con la incorporación de señales.
"Salir del barrio es una verdadera odisea, sobre todo en el momento en el que hay más movimiento desde el Mercado", explicó Teresa Peñaloza, presidenta del Centro de Jubilados del barrio.
Pucheta reconoció que la Municipalidad sólo se está ocupando de las obras más urgentes. "Hicimos todos los relevamientos y estamos tratando de comenzar a hacer obras con los recursos que tenemos", finalizó.
Los vecinos resaltaron, además, las dificultades para el tránsito de los peatones en la calle Urien. En cuatro cuadras de esa arteria, las obras de desagües dejaron a las veredas con un importante desnivel con respecto a la calzada.
Aunque los arreglos son responsabilidad de los frentistas, los vecinos pidieron ayuda financiera a la Municipalidad para poder avanzar en los trabajos. Hasta el momento no obtuvieron respuestas.
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