Bolsas de plástico, botellas, latas y hasta cubiertas en desuso están esparcidas por doquier. Es parte de la gran cantidad de basura y toda clase de desperdicios y porquerías provenientes del vertedero municipal de Cateura y que terminan en el río Paraguay.
Desde el Cerro Lambaré se puede apreciar la pequeña brecha que separa al río del sitio de vertido de la basura asuncena. La poca distancia hace que los desechos lleguen al agua fácilmente siguiendo los raudales, el viento y el mismo lixiviado que surge de la descomposición de los residuos orgánicos al pie del relleno sanitario.
Entre 25.000 y 30.000 toneladas mensuales de basura llegan a Cateura y se compactan sobre unas 13 hectáreas de las más de 30 hectáreas que cubre el vertedero en pleno Bañado Tacumbú.
Actualmente el vertedero es administrado por la firma Empo y el módulo IV sigue creciendo a costa de la zona que ya ha perdido todo su valor ambiental y paisajístico.
El vertedero funciona desde el año 1984 cuando las autoridades municipales asuncenas de entonces decidieron convertir la zona en el basural de la ciudad sin tomar conciencia del crimen ecológico que se estaba perpetrando.
Los vecinos de la zona desde ese momento se quejan del nauseabundo olor y el alto grado de contaminación que existe en el lugar y que en días de intensa humedad y calor despide un tufo que se expande hacia la zona de Sajonia.
Toda esta situación produce una enorme degradación y desvalorización de los barrios adyacentes.
Criadero de moscas
Cateura no solo produce un pestilente olor, sino también es un criadero de millones de moscas. De acuerdo con estudios realizados años atrás por especialistas para la Municipalidad de Asunción un metro cúbico de basura es capaz de albergar a unas 10 millones de moscas en un mes.
Estos dípteros contaminan con más de 100 especies de organismos patógenos, incluyendo las causales de disentería, fiebre tifoidea, cólera, salmonelosis, lepra, tracoma, poliomielitis y hepatitis infecciosa. También son portadores de ciertos huevecillos de helmintos como los áscaris (sarna) y la taenia (giardia), que son las más comunes.
Las moscas salen en enjambres y llegan a las casas donde se convierten en huéspedes indeseables. Se posan sobre los alimentos y dejan su carga de bacteria de una forma muy peculiar que produce asco: dado que estos insectos solo se alimentan de líquidos, constantemente vomitan gotas con el propósito de ablandar los materiales sólidos antes de llevarlos a la boca. Simultáneamente depositan sus excrementos. Por eso es importante que no coma ningún alimento sobre el que han pasado las moscas.
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