El director provincial de Programas Estratégicos, licenciado Miguel Fertonani, trazó un panorama sobre la política de gestión que desde el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente se lleva a adelante en el norte provincial con relación a los Bajos Submeridionales.
“Los aspectos más difíciles de abordar en los bajos submeridionales son varios pero el más complejo es fundamentalmente conceptual, es más, creo que es filosófico, porque desde los últimos 30 años a esta parte se profundizó un fenómeno que se denomina apropiación del espacio natural que significa ver la naturaleza exclusivamente desde una perspectiva productiva. Es decir, para esta visión, la naturaleza, es sólo para producir y por lo tanto es todo recurso”, expresó Fertonani.
“De esta manera -agregó- se bloquean las funciones vitales de sistemas naturales que se desarrollan en cientos de años, es decir en su período evolutivo y hoy, se inducen grandes desequilibrios en estos inmensos espacios, debido a la distorsión de los componentes y mecanismos de disipación”.
Claro que esta visión productiva tiene su propia lógica de funcionamiento que se inicia en el productor, que incorpora áreas de montes, bajos naturales, cañadas y hasta lagunas. A partir de esa instancia, se generan los problemas y requieren al Estado su intervención. Pero esta demanda siempre se da en el marco de la visión productiva, profundizando los riesgos. “Finalmente, el propio Estado queda obligado a mantener ese status quo y es responsable de los procesos y las consecuencias”, reveló el profesional.
Para el director provincial de Programas Estratégicos, los problemas hídricos en la provincia, “tienen sus raíces en esta forma de enfocar nuestra relación con los procesos naturales y sobre todo, por entender o considerar que los mismos son entidades separadas, recurriendo al manejo hídrico como una finalidad en sí misma. En realidad, lo que pretenden hacer es adaptar a la naturaleza a esquemas productivos predeterminados”, expresó el funcionario provincial.
Compatibilizar intereses
También con relación al camino a seguir, Fertonani dijo “el camino es arduo y difícil, como se suele decir, ya que son procesos de cambio de mentalidad y éstos son lentos y sobre todo si se lo compara con la velocidad de transformación del medio natural, de la mano de los avances tecnológicos y de la voracidad de algunos”.
El problema, continuó el especialista, es que esta visión está aceptada y legitimada por la sociedad; pero que esto sea así no significa que sea lo correcto, y éste es el punto. “Es necesario poner en discusión esta visión ya que esta forma de concebir al planeta está provocando una crisis ambiental severa e irreversible. Esta tarea se complementa, con el argumento de que las obras resuelven el desorden provocado”.
En igual sentido, remarcó Fertonani, “es necesario que los actores involucrados (productores, Estado, conocimiento y sociedad) tomen conciencia de que no puede haber producción basada en la degradación ambiental”. Y para que haya esperanza de cambio es necesario que “cada actor haga su parte, esto es, que el productor lo haga dentro del marco que le da el conocimiento integrado y sabiendo que el primer eslabón de la cadena de producción es la naturaleza; el Estado, tiene la obligación constitucional y ética de preservarla, que el conocimiento no participe sólo desde esta visión. Y por último que la sociedad no esté ajena, sino que se involucre en un problema que es de todos”, alertó.
El camino es arduo, ya que son procesos de cambio de mentalidad y éstos son lentos y sobre todo si se lo compara con la velocidad de transformación del medio natural”.
Lic. Miguel Fertonani.
Director de Programas Estratégicos del Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente.
ADEMÁS
Nuevo mapa y Código de Aguas
Fertonani al ser consultado si la modificación de esta historia depende de los cambios de mentalidad solamente, dijo que no, advirtiendo que para avanzar en este terreno el Estado debe contar con las herramientas para enfrentarlo, “me refiero fundamentalmente a las leyes ambientales, que existen, pero están bastantes oxidadas, lamentablemente se perdió mucho tiempo”.
Sin embargo, aclaró que “con esta nueva gestión encabezada por el gobernador Hermes Binner y el ministro Antonio Ciancio, estamos tratando de recuperar el espacio, llevando adelante acciones como la incorporación de referencias territoriales a la Ley de Emergencia; el nuevo mapa de riesgo productivo, que va a limitar peligros y responsabilidades y el Código de Aguas, entre otros.
Por otra parte, también estamos trabajando en el marco de los Comités de Cuencas, como un ámbito para la discusión de los problemas, con participación de todos los actores que tienen relación directa con los Bajos. Aunque están claros los roles, es entendible que cada uno enfoque el problema desde el suyo y, en este contexto, el Estado debe enfocar la problemática desde el conjunto e incluir, aunque suene paradójico a los Bajos, a los fines de determinar criterios de utilización de acuerdo con sus características físicas dinámicas, adaptando los esquemas productivos a éstos y no a la inversa. “Este concepto significa quebrar la tendencia de la visión actual”.
Lo importante
Revertir la tendencia.
El concepto dominante que imperó en estas últimas décadas fue el “saneamiento de los excedentes de los Bajos Submeridionales”, lo que significó una política de eliminación del agua, lo que no sólo agravó la sequía esperable y la problemática de la salinidad, sino que para lograr eliminarla, “se alteraron condiciones físicas del sistema, debido a canales y sustitución de espacios basados en desmontes en forma violenta e indiscriminada”. Esto significó la ruptura del equilibrio y por lo tanto una apertura a la desertización.
Formas y límites para producir
“Te doy un ejemplo en tiempo real, si recorres la Ruta 13 que atraviesa los bajos en dirección sur-norte, por la franja deprimida central vas a ver áreas aradas esperando lluvias. Si el agua, dentro del ciclo del cultivo, en algún momento es mayor que la necesaria (el riesgo es alto), estos bajos almacenan como debe ser y comienza otra vez la historia de los medios anunciando el desastre, declaraciones de emergencia, demanda de canales, entre otras, en definitiva, enormes gastos públicos y un ambiente cada vez más degradado”, indicó Fertonani.
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