El alivio llegó con las lluvias de las últimas semanas y el lago San Roque ya muestra la foto de la postal que todos quieren ver en Carlos Paz. A poco de comenzar la temporada, el dique alcanzó los 34,46 metros, una cota que proporciona cierta tranquilidad para la provisión de agua a la ciudad de Córdoba. En los últimos 15 días, subió 3,10 metros y se ubicó por encima de las mediciones de 2006 y 2007 para esta misma época.
En noviembre de 2006, el embalse llegó a su punto más bajo con 29,5 metros, cinco centímetros por debajo de la cota de restricción para el consumo de agua en Córdoba. De a poco comenzó a recuperarse, hasta llegar a los 34 metros para Año Nuevo.
En tanto, el 1° de diciembre de 2007 el dique tenía 30,1 metros, pero descendió cinco centímetros en pocos días. Para fines de ese mes, empezó a subir hasta llegar otra vez a los 30 metros.
Con el nivel actual, el lago San Roque está a un 92 por ciento del total de 201 hectómetros cuadrados de su capacidad, a 1,5 metro del nivel del vertedero.
Una recorrida breve por la costanera de Carlos Paz muestra la cara del San Roque que todos quieren ver. Sólo con pasar por los puentes Uruguay, Casaffousth y Central se puede notar claramente la suba que evidenció el embalse en las últimas semanas. Hasta hace poco podía bajarse hasta el río San Antonio (por los costados del puente Central) hacia lugares que ahora fueron ganados por el agua.
Control permanente. Marcela Dávila, vocera de la empresa Aguas Cordobesas, apuntó que es una fortuna tener mejores condiciones en el dique San Roque que en anteriores años.
“Eso no cambia el sentido de alarma que le ponemos al derroche”, sostuvo, y recordó que el lago no abastece sólo a la Capital. “Es un factor de la naturaleza que este año su nivel esté mejor, pero alarmaría mucho que la gente se relaje”, aseveró.
Desde la empresa se sigue insistiendo en la necesidad de que la gente controle el uso del recurso. “El lago es un reservorio de agua y después eso nos permite pasar el invierno; este año tuvimos un régimen de lluvias un poco más generoso que otros años, pero tenemos que seguir cuidando el uso”, manifestó.
La merma en el consumo se notó bastante en los días que llovió. Por eso, Aguas Cordobesas insiste en que la principal causa del derroche es el riego. “Tranquiliza saber que el lago está mejor, pero no hay que aflojar con los controles”, sostuvo Dávila.
En Villa Carlos Paz. Si bien la Cooperativa Integral (Coopi), proveedora del servicio de agua potable de Carlos Paz y las comunas vecinas, no capta el agua del San Roque, el régimen de lluvias de diciembre favoreció también el incremento en el cauce del río San Antonio.
La Coopi toma el agua en Cuesta Blanca, donde tiene la planta potabilizadora, y desde allí la traslada en dos acueductos hacia Carlos Paz. Jorge Boido, de la Coopi, señaló que se sorteó el nivel de alerta disparado en noviembre. “El hecho de que haya llovido cada 10 días nos favoreció, porque mermó mucho el consumo”, dijo.
Alivio en las Sierras Chicas
Las sostenidas lluvias de las últimas semanas trajeron algo de alivio a los vecinos de Río Ceballos, Unquillo y Mendiolaza, que se abastecen del sistema de agua de la planta potabilizadora La Quebrada. La bajante actual del dique es 5,50 metros, con una merma diaria promedio de un centímetro.
“Ahora la situación no es muy grave y hace un mes la bajante estaba casi en siete metros; pero en cuanto retornen las altas temperaturas y comience la temporada veraniega, los niveles de consumo se dispararán”, indicó el presidente de la Cooperativa de Obras y Servicios de Río Ceballos, Marcelo Fassi.
Mientras, no resultaron aptas las perforaciones en dos pozos que se iban a integrar al sistema para realizar aportes de caudal a La Quebrada. Se procuraba mitigar la extracción de agua del dique hasta que se concluya la ampliación de la planta potabilizadora de La Calera y se interconecten los sistemas.
En tanto, los concejos deliberantes de las tres ciudades están tratando un proyecto común de ordenanza para sancionar a vecinos que derrochen el agua. Habrá un cuadro de multas: faltas leves, graves y muy graves. Se pagarán en efectivo, en el equivalente a litros de nafta súper. Además, se estudiarán los promedios de consumo de cada usuario, para detectar las altas demandas y el uso abusivo.
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