El año 2008 ha sido el décimo más caliente desde mediados del siglo XIX, cuando empezaron los registros, y en distintas partes del mundo se dieron fenómenos meteorológicos extremos, lo que confirma la tendencia al calentamiento global del planeta.
Así lo revela la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe anual difundido hoy, en el que señala la variabilidad de los fenómenos observados: temperaturas más altas de lo normal en partes de Europa, el invierno menos frío jamás registrado en zonas de Escandinavia y frío extremo —en ciertos casos, hasta romper récords históricos— en Sudamérica, principalmente en la Argentina.
En contraste, las temperaturas promedio en julio fueron superiores en 3 grados centígrados en gran parte de la Argentina, Paraguay, Uruguay, el sudeste de Bolivia y el sur de Brasil, agrega el estudio.
En Australia, se registraba en marzo la canícula más larga de la historia, con una máxima superior a 35 grados durante 15 días consecutivos.
“En todo esto vemos la manifestación de la variabilidad existente”, comentó el secretario general de la OMM, Michel Jarraud, en conferencia de prensa.
La sequía fue un fenómeno persistente en varios lugares a lo largo de 2008, entre ellos Portugal y España, en Europa, y Argentina, Paraguay y Uruguay, en Latinoamérica, con efectos muy graves sobre la agricultura de estos tres últimos países.
Por otra parte, Jarraud señaló que, como parte de las variaciones que sufre el clima, 2008 fue un año más frío frente a la media del decenio 1997-2007, aunque haya sido el décimo más caliente de la historia meteorológica.
El ligero enfriamiento de este año frente a los anteriores fue provocado por el fenómeno de La Niña, explicó.
Agregó que las previsiones para el primer trimestre de 2009 no muestran ninguna indicación de que ese fenómeno o el de El Niño vayan a presentarse, aunque aclaró que las condiciones pueden cambiar en el transcurso del año.
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