En medio de los conflictos que HidroAysén enfrenta ante el Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) por las solicitudes de derechos de agua que efectuó para concretar su compromiso de bajar las cuentas de luz en la Undécima Región, se conoció que la firma baraja otras dos alternativas para concretar este proyecto.
Se trata de los ríos La Paloma y Pangal donde la sociedad conformada por Endesa y Colbún realiza mediciones para instalar allí estas unidades, supuestamente en caso de que fracasen las solicitudes de recursos hídricos que efectuó en los ríos Gauques y Mañihuales, donde enfrenta el rechazo del abogado Enrique Alcalde, controlador de las sociedades ganaderas Río Baker y Río Neff.
En los informes que HidroAysén ha evacuado al TDLC, la empresa -que busca instalar cinco megacentrales en los ríos Baker y Pascua (2.750 MW)- había solicitado mantener bajo reserva estos dos proyectos, con los cuales también podría generar los 24 MW que necesita para cubrir la demanda de este subsistema, cuya matriz está marcada por el uso de unidades diésel, lo que explica que la electricidad de Aysén sea una de las más caras del país.
El organismo encabezado por Eduardo Jara resolvió levantar la confidencialidad respecto de estas solicitudes, las que constan de 39 m3/seg y 60 m3/seg, respectivamente.
La decisión del TDLC permitirá que organismos públicos y otros interesados puedan acceder a esta información a fin de determinar realmente la cantidad de recursos hídricos que se han otorgado en la región y cuántos de ellos finalmente podrían derivar en proyectos de generación.
De esta forma, el tribunal contará con la claridad suficiente para determinar si otorga o no los recursos que Endesa y Colbun están solicitando.
La apuesta de HidroAysén es reducir entre 30% y 40% las cuentas de luz de esta zona, lo que requeriría -según cálculos de la firma- una inversión en torno a US$ 85 millones, monto que se sumaría a los más de US$ 110 millones que la empresa destinará a mitigaciones del complejo.
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