Vecinos del barrio Balbi de Paraná no tienen agua, sufren la pérdida de líquidos cloacales y padecen las consecuencias del polvillo de la broza y el humo del Volcadero municipal.
La falta de agua se agudizó en el barrio, ubicado en cercanías del depósito de basura, desde que comenzaron los días de calor.
Aseguran que durante el día las canillas permanecen secas y sólo por las noches, ya entrada la madrugada, empieza a salir un chorrito débil. Eso es lo que juntan “como si fuera oro”, dijeron los vecinos. A los reclamos desesperados, desde la Comuna se les ha respondido que la situación se va a solucionar cuando funcione a pleno “la nueva planta potabilizadora de agua”, contaron.
Mientras tanto, la gente es asistida por el Municipio mediante camiones cisterna, que llenan depósitos y recipientes en cada casa. El problema es que “traen 500 litros, una vez por semana y eso no alcanza para nada”, describió ayer un hombre de la zona, que había reiterado la consulta a Obras Sanitarias y recibió como respuesta que el área tiene que acudir con las cisterna también a otros barrios.
“No tenemos agua y hay que bañar los chicos, lavar los platos, limpiar la casa”, se quejó la gente, que pide se construya una cisterna para proveer no sólo a barrio Balbi, sino también a Antártida Argentina donde “también hay escasez”. La zona padece las fallas del suministro desde hace años, aunque durante el verano la situación se agudiza al máximo.
A la falta de agua y al calor agobiante, los vecinos suman las graves molestias que provoca la broza que cubre algunas calles del barrio. Según la gente, el polvillo genera problemas en la salud principalmente de los niños.
En ese marco, recordaron que a comienzo del año autoridades municipales fueron al barrio y comprometieron obras, entre ellas la de regado asfáltico. Los trabajos no se hicieron y desde la Comisión Vecinal se solicitó audiencia en la Intendencia, sin que el pedido haya sido respondido, dijeron.
Pérdida.
Desde hace semanas, hay una pérdida en una boca de la red cloacal ubicada en las calles Primavera e Islas Orcadas del Sur. “El olor es insoportable” y el esparcimiento de los líquidos preocupa al vecindario, que llamó “varias veces” a la Dirección de Obras Sanitarias y aún espera la solución.
“Vino (la cuadrilla), miraron y se fueron”, aseguraron y dijeron que hace 15 días volvieron a realizar el reclamo. Mientras tanto, la cloaca sigue chorreando. Ante esa situación, los vecinos expresaron su preocupación debido a que en las inmediaciones viven familias con chicos con bajo peso y otros afectados por varicela.
HUMO.
Como si los problemas en el barrio fueran pocos, los habitantes suelen vivir en medio del humo denso y maloliente, que emanan los montículos de basura que se queman habitualmente en el Volcadero municipal. Es que el barrio, donde residen unos 500 vecinos según se informó desde la vecinal, está a pocos metros del depósito de basura. A ese panorama, los vecinos añaden la proliferación de moscas, entre otras alimañas |
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