Primero los bolivianos se tienen que beneficiar con los recursos naturales que tienen antes de favorecer a países vecinos como Chile, por lo que el Gobierno debe apoyar los proyectos de desarrollo económico sostenible que existen en torno a las ricas vertientes de agua dulce del Silala.
Con esta postura representantes del sudoeste potosino como el presidente del Comité Cívico del Sudoeste Potosino, Moisés Marca, ratificaron una vez más el rechazo a la posibilidad que abrieron legisladores bolivianos y chilenos de negociar este recurso natural no renovable.
Los cinco años de estudios para determinar las características y potencial de este manantial de agua dulce que se encuentra en territorio boliviano, pero que Chile mediante canales artificiales dirige a su territorio, es considerado como un insulto a la inteligencia por varios representantes de la región.
Cabe señalar que durante esos cinco años de estudios alrededor de 33 millones de metros cúbicos de agua dulce seguirán fluyendo y, por los que, como en los últimos 100 años, Chile no paga ni un solo centavo a Bolivia.
Moisés Marca, recuerda que por esta usurpación de los recursos no renovables, Chile tiene una deuda histórica con Bolivia, ya que de acuerdo a cálculos realizados, por lo menos el vecino país, debe a Bolivia seis mil millones de dólares por las aguas que emanan del Silala.
“Son prácticamente cien años, desde 1908 hasta el día de hoy, que Chile nos debe por lo menos unos seis mil millones de dólares y al enterarnos de este acuerdo es una nueva frustración para el sudoeste potosino. Es una deuda histórica que debe compensar el Gobierno chileno por usar nuestros recursos naturales”, afirmó el representante.
Mas allá de este aspecto, la región tiene varios proyectos en torno al aprovechamiento de las aguas dulces del Silala como por ejemplo dos que fueron presentados en el gobierno de Carlos Mesa y que no logró la atención de las autoridades de ese entonces, la misma política tiene el gobierno del presidente Evo Morales, quien mantiene una buena relación con la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
Uno de esos proyectos se refiere a la instalación de una planta industrializadora para embotellar el líquido. Agua embotellada “Silala” es el nombre que tendría el producto, relata Marca.
Este producto generaría ingresos económicos y aportaría al desarrollo sostenible de la región que se convirtió en un sector turístico por excelencia ya que los 365 días del año turistas de todo el mundo visitan el Sudoeste por el Salar de Uyuni y las lagunas de colores, principalmente |
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