“Estos desechos minerales, a mediano plazo podrían deteriorar la calidad de las aguas, situación que está actualmente siendo monitoreada”, dice un documento distribuido por el Ing. Lucio Amarilla, director de la mencionada Comisión, en ocasión de la visita que realizó el presidente Fernando Lugo a “La embocadura”, en la frontera con Argentina.
A propósito, en un artículo publicado en Bolivia, titulado “El río Pilcomayo está herido de muerte”, la periodista Tatiana Quispe Cevallos, afirmó que “al menos 42 ingenios mineros de la ciudad de Potosí botan cada día 900 toneladas de desechos mineros, que son responsables de la muerte lenta del otrora majestuoso Pilcomayo”.
El río Pilcomayo pertenece a la Cuenca del Plata y nace en la Cordillera de los Frailes, departamento de Potosí, recorre el departamento de Chuquisaca y una de las poblaciones que se ve seriamente afectada con la contaminación es la provincia El Chaco. También atraviesa el departamento de Tarija, cuya población más afectada es Villamontes, que vive de la pesca.
Las aguas siguen su curso dejando Bolivia hasta llegar a la Argentina y Paraguay, que ya expresaron su reclamo a Bolivia por el deterioro de las aguas del río Pilcomayo.
“Por la acción del lavado de los minerales extraídos o por la acción de las aguas de lluvia es que drena el líquido ácido, un lodazal plomizo que circula por los ríos ante la mirada pasiva de las autoridades, que se resisten a la construcción de un dique de colas, que aminore la contaminación en Potosí y que salvaría la vida vegetal y animal en el río Pilcomayo”, denunció la periodista en un artículo, que con él ganó un premio en Bolivia.
Según estudios técnicos hechos en la alta cuenca boliviana, se evidenció la muerte de miles de peces de la especie sábalo, debido a los desechos de minerales. También se evidenció la destrucción de la tierra y la vida de las plantas.
Expertos en la materia denunciaron que el plomo que se encuentra en las aguas provoca problemas cardiovasculares, alteraciones al sistema nervioso, daño al cerebro, y a los riñones, particularmente en los niños. El cadmio origina problemas renales, dolores de espalda y de articulaciones. Mientras que el arsénico provoca lesiones en la piel, problemas cardiovasculares, daña el sistema nervioso, produce gangrena, cáncer de la piel y cáncer pulmonar, afirman.
La Comisión Nacional del Pilcomayo adelantó que se van adoptar las “medidas necesarias a nivel nacional como también plantear la defensa y promoción de una política nacional en el plano internacional para la regulación de las aguas en todo el curso del Río Pilcomayo y para la utilización racional y compartida de los recursos hídricos de la cuenca”. Asimismo, añade que esa política de manejo de las aguas “debe incluir a las comunidades indígenas asentadas en la cuenca” que debe ser “coherente con la preservación del ambiente natural y al impacto ecológico en la región”.
Invertirán G. 18 mil millones
Efraín Alegre, ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, anunció durante la visita a “La embocadura” del Pilcomayo, que el Gobierno contará en 2009 con un presupuesto aproximado de G. 18.000 millones para las tareas de limpieza y apertura de canales artificiales. Este año, los trabajos empezaron en el mes de octubre.
El sábado estuvieron en la zona el presidente Fernando Lugo, el ministro Alegre, el viceministro de Obras Samuel González, el director de la Comisión Pilcomayo, Lucio Amarilla; el ministro de Defensa, Luis Barreiro Spaini; el diputado del PPQ Orlando Penner, el senador liberal Roberto Acevedo, el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) Juan Néstor Núñez y autoridades locales.
Ganadería y ambiente, los más beneficiados
El Ing. Lucio Amarilla, director de la Comisión Nacional del Pilcomayo, sostuvo que el río Pilcomayo favorece a diversas zonas de la región Occidental, especialmente a la ganadería y al sistema ambiental, no solo del Chaco sino de otras zonas lejanas del país.
Explicó que en tiempos de las torrenciales lluvias que se dan en la alta cuenca, de noviembre a marzo de cada año, las aguas irrigan una mayor superficie del Chaco llegando inclusive muchas veces hasta el río Montelindo.
Dijo que con las obras que están diseñando para los próximos meses, es muy posible que el caudal que ingrese a territorio paraguayo permita a los habitantes y animales de las zonas bajas no sufrir los problemas de la falta de agua.
El presidente de la Asociación Rural del Paraguay, Juan Néstor Núñez, quien acompañó a la comitiva oficial este fin de semana a la cuenca, dijo que el sector de la producción pecuaria, la fauna y a la flora dependen en gran medida de las aguas del Pilcomayo.
Comunidades como General Díaz y conocidas zonas donde hay muchas estancias, como Estero Patiño, Alborada, zona Sanidad y otros, reciben las aguas de tanto en tanto, dependiendo de las tareas que se hagan, aunque siempre deben acumularlas en tajamares para su mejor aprovechamiento. Muchas veces, los diques son un problema.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
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