Atravesaron carros, ya que son cartoneros en su mayoría, y prendieron fuego neumáticos, reclamando la presencia del intendente Gutiérrez.
Los vecinos aseguraban ser 40 familias, quienes ocupan terrenos fiscales en los alrededores de la Quema. Ellos mismos hace un año hicieron el primer corte, reclamando agua potable. Al principio de la gestión nos traían cada 15 ó 20 días un camión, y llenábamos los tachos, después instalaron una canilla comunitaria, pusieron un caño enorme. En invierno anduvimos bien, pero ahora, con el calor, no hay una gota.
Tardamos media hora para llenar un tacho de 20 litros, cuando somos 40 familias y el que menos tiene, tiene tres hijos. No tenemos agua para los baños, para la higiene personal, ni para la comida , relató uno de ellos.
ESCENARIO
La falta de políticas públicas en materia de desarrollo humano y viviendas, empujó a esta gente sin trabajo, sin techo, ni posibilidades, quienes nunca en su vida pagaron una tasa, a ocupar tierras ilegalmente en la Ribera, zona que se inunda con cada sudestada o viento fuerte del este.
Una vez allí instalados, reclaman al Estado servicios públicos elementales. La gestión Gutiérrez respondió positivamente, y tendió la canilla comunitaria. La que falla al entregar la cantidad de agua necesaria, es AYSA. Sin embargo, los vecinos llamativamente le reclamaron al Intendente con una medida pública de protesta.
Cabría preguntarse si agotaron antes otros mecanismos de petición ante las autoridades, o si existe alguna intencionalidad política detrás de una protesta tan contundente.
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