La escuela primaria Kiboko fue construida en el decenio de 1950, aún antes de la independencia de la actual República Democrática del Congo. El establecimiento cuenta con 363 alumnos, de los cuales 169 son niñas. Hasta hace poco, la escuela carecía de instalaciones sanitarias y de fuentes de agua potable.
"Sin duda, muchos niños y niñas murieron debido a esa carencia", afirma Mama Matondo, la jefa de la aldea.
Mama Matondo recuerda cuando los niños y niñas hacían sus necesidades en la espesura, donde corrían peligro de que les picaran las víboras, además de estar expuestos al contagio de diversas enfermedades debido a que no se lavaban las manos y a que consumían agua contaminada. Y también recuerda que esas deficientes condiciones sanitarias ponían en peligro al resto de la población.
Las nuevas instalaciones
Un subsidio de gobierno de Japón ha modificado radicalmente la situación de la escuela, que ahora cuenta con suministro de agua potable e instalaciones sanitarias.
Esas instalaciones fueron construidas por la organización no gubernamental Centre d'Orientation, de Promotion et de Formation (CORPCOF), que forma parte del programa de "Escuelas Limpias" de la República Democrática del Congo. El subsidio japonés ha beneficiado a 252 escuelas primarias del distrito.
Una delegación oficial japonesa que visitó la zona en compañía de funcionarios de UNICEF y del Ministerio de Salud y Educación Primaria pudo comprobar los beneficios para la población que hizo posible ese subsidio.
Prohibido contaminar
Bukaka Alphonsine, de 15 años de edad, forma parte de la Brigada Sanitaria de la escuela.
"Desde que se instalaron las letrinas, los maestros nos han prohibido contaminar las inmediaciones de la escuela", explica la niña. "Además, tenemos prohibido volver a clases si no nos lavamos las manos después de ir el baño".
Pero la reconstrucción y restauración de las obras de infraestructura básica de la República Democrática del Congo sigue constituyendo un desafío difícil. El subsidio del Gobierno de Japón ayuda a este país africano a avanzar hacia la conquista de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en las zonas rurales.
"El proyecto conjunto de UNICEF y el Gobierno de Japón no pudo haber ocurrido en un momento más oportuno", comenta Makivangi, que enseña educación sanitaria y saneamiento ambiental en la escuela primaria Kiboto desde hace 29 años. "La salud de nuestros niños y niñas ya no peligra en las escuelas y aldeas".
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